En medio de la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, un dato encendió las alarmas en Nuevo León: cinco de sus municipios figuran entre los más contaminados de todo México. La situación es crítica, y no solo por lo simbólico de la fecha, sino por las graves implicaciones que esta realidad tiene para la salud pública en el estado.
Entre los municipios más afectados se encuentra Juárez, que ha sido colocado como el segundo peor evaluado del país en materia de calidad del aire. Junto con Santa Catarina, Monterrey, San Nicolás y Escobedo, conforman un panorama que evidencia el deterioro ambiental en la Zona Metropolitana de Monterrey.
A pesar de los múltiples llamados por parte de organizaciones, expertos y ciudadanía, la crisis ambiental en Nuevo León continúa sin acciones efectivas por parte de las autoridades estatales, encabezadas por el Gobernador Samuel García. Mientras tanto, los efectos negativos sobre la calidad de vida de millones de personas siguen acumulándose.
Juárez, en segundo lugar nacional
Los datos que colocan a Juárez en una posición tan alarmante provienen de IQAir, una empresa suiza especializada en monitoreo ambiental, que en su último informe correspondiente a 2024 ubicó a esta ciudad en el segundo lugar nacional por contaminación del aire, apenas por debajo de Ajalpan, Puebla.
De acuerdo con esta evaluación, Juárez presentó una concentración de partículas PM2.5 de 23.2 microgramos por metro cúbico, muy por encima del umbral considerado saludable por organismos internacionales. Este tipo de partículas son especialmente dañinas para el sistema respiratorio, ya que pueden penetrar profundamente en los pulmones y, en algunos casos, llegar al torrente sanguíneo.
Además de Juárez, otros municipios de la zona metropolitana también registran niveles preocupantes. Santa Catarina llegó a tener 101 puntos en el índice de calidad del aire durante los días previos al Día del Medio Ambiente, seguido por Monterrey con 89, y San Nicolás, Escobedo y San Pedro, todos por encima de los 80 puntos. Estas cifras colocan a Nuevo León como una de las regiones más afectadas por la contaminación a nivel nacional.
Lo más alarmante es que estos niveles no corresponden a eventos esporádicos o atípicos, sino que se han convertido en parte del día a día. Basta con mirar al cielo para notar el tono grisáceo que se ha instalado sobre el área metropolitana, un fenómeno que antes era ocasional y que ahora parece permanente.
Empresas en Nuevo León luchan contra la contaminación mientras la Comisión Ambiental decepciona con su inacción https://t.co/XcveMUDo4K
— Digital Plural (@DigitalPluralIA) June 4, 2025
Contaminación, también un problema de salud en Nuevo León
Más allá del impacto ambiental, la mala calidad del aire en Nuevo León se ha convertido en un asunto de salud pública. Según cifras oficiales de la Secretaría de Medio Ambiente del estado, se estima que cada año mueren al menos 2,500 personas en la entidad debido a enfermedades relacionadas con la contaminación atmosférica.
Estos decesos están vinculados principalmente a enfermedades cardiovasculares, respiratorias y algunos tipos de cáncer. La exposición prolongada a aire contaminado no solo incrementa el riesgo de padecer estos males, sino que también agrava condiciones preexistentes, especialmente en personas mayores, niños y población con enfermedades crónicas.
A pesar de la gravedad de este panorama, la administración estatal ha sido señalada por minimizar el problema y dar prioridad a proyectos políticos y mediáticos por encima de la salud ambiental. Organizaciones civiles y ambientalistas han denunciado la falta de estrategias sostenidas, el desmantelamiento de programas de monitoreo y la ausencia de medidas regulatorias estrictas contra las fuentes contaminantes.
En contraste con otros estados que han implementado restricciones vehiculares, incentivos para movilidad limpia y regulaciones más estrictas para las industrias, Nuevo León ha optado por medidas reactivas y poco sostenibles, según coinciden expertos.
Activistas exigen acciones urgentes
En este contexto, la comunidad ambientalista ha elevado su voz para exigir a las autoridades una respuesta inmediata y contundente. Diversas organizaciones, tanto locales como nacionales, aprovecharon el Día Mundial del Medio Ambiente para denunciar públicamente el abandono de políticas medioambientales en el estado.
Entre las demandas principales se encuentra la necesidad de actualizar la legislación ambiental estatal, implementar una red de monitoreo confiable y en tiempo real, y fomentar campañas de educación ambiental que sensibilicen a la población sobre la importancia de reducir su huella ecológica.
También se ha pedido una mayor coordinación entre los distintos niveles de gobierno, ya que la contaminación del aire no reconoce límites municipales. Proyectos de transporte público más eficientes, zonas de bajas emisiones, reforestación urbana y apoyo a energías limpias son algunas de las soluciones propuestas.
Algunas voces han apuntado directamente al gobernador Samuel García, a quien responsabilizan por haber priorizado temas de imagen personal y redes sociales sobre los verdaderos problemas estructurales del estado. A pesar de haber prometido una “nueva política verde” durante su campaña, a la fecha no se han visto avances sustanciales en el combate al deterioro ambiental.
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