El aumento de homicidios en Nuevo León volvió a encender las alarmas durante el tercer fin de semana de junio, cuando la violencia alcanzó su punto más crítico en lo que va de este 2025. En apenas 72 horas, entre el viernes 13 y el domingo 15, se registraron 16 asesinatos, consolidando el periodo como el más violento del año en el estado.
Los crímenes, cometidos tanto en áreas urbanas como rurales, reflejan un patrón de inseguridad que se extiende a lo largo del territorio, en especial en la región citrícola, donde los enfrentamientos armados y las ejecuciones han vuelto a ser frecuentes. Este escenario contrasta con las declaraciones oficiales que aseguran que la situación de seguridad en Nuevo León está controlada.
Tres días marcados por homicidios en Nuevo León
La jornada comenzó el viernes 13, cuando dos hombres fueron ejecutados dentro de un taller de hojalatería en la Colonia Valle de Santo Domingo, en San Nicolás. Los asesinos, que llegaron en motocicleta, dispararon a quemarropa. Ese mismo día, otra víctima fue encontrada sin vida en Escobedo, muy cerca de un área donde en años pasados se han localizado al menos 13 fosas clandestinas, lo que agrava la preocupación en esa zona.
El sábado 14 tampoco ofreció tregua. En Apodaca, un hombre de 28 años fue brutalmente apuñalado frente a su domicilio, recibiendo al menos 17 heridas de arma blanca que terminaron con su vida.
La violencia continuó el domingo 15. Un joven que intentaba escapar de un grupo armado en la zona norte de Monterrey fue alcanzado y asesinado a balazos. Lo más alarmante de este último caso es que, según testigos, entre los agresores se encontraba el propio hermano de la víctima, quien ya fue detenido y es investigado como presunto responsable.
Con este saldo, junio ya acumula 34 homicidios en Nuevo León, mientras que el año en curso contabiliza 453 asesinatos, de los cuales la mayoría estarían relacionados con las actividades del crimen organizado, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Nuevo León registra 16 asesinatos en tan sólo tres días el pasado fin de semana, superando niveles de crímenes presentados en marzo y mayo. #ElNorteSeguridadhttps://t.co/8O5PzcjHJZ
— elnortelocal (@elnortelocal) June 17, 2025
Escala la violencia en el sur de Nuevo León
Mientras la zona metropolitana enfrenta estos episodios sangrientos, el sur del estado experimenta su propia crisis. En las últimas semanas, municipios como Rayones, Linares, General Terán, Montemorelos y Allende se han visto sacudidos por enfrentamientos entre grupos armados que pelean el control territorial.
Particularmente grave fue la ejecución del Secretario del Ayuntamiento de Linares, un hecho que generó conmoción en la región. También se han reportado intensos tiroteos entre delincuentes y fuerzas de seguridad, situaciones que han sembrado temor entre los habitantes, quienes muchas veces quedan atrapados en medio del fuego cruzado.
La suma de estos acontecimientos expone una realidad cada vez más inquietante: los focos de violencia ya no se limitan a disputas urbanas, sino que abarcan amplias zonas rurales, donde el control por parte de los grupos criminales se disputa abiertamente y donde la capacidad de respuesta del Estado resulta cada vez más limitada.
Discurso oficial choca con la realidad
A pesar de las cifras, el gobierno estatal mantiene su discurso de control y presume avances en materia de seguridad, algo que muchos ciudadanos ven con escepticismo. La distancia entre la versión oficial y los hechos que se viven diariamente en las calles ha generado un clima de desconfianza generalizada.
Las críticas no solo se dirigen al gobernador Samuel García y su equipo, sino también al débil sistema de procuración de justicia, que acumula homicidios sin esclarecer y mantiene altos niveles de impunidad. Colectivos de víctimas, académicos y organismos de derechos humanos coinciden en que la estrategia de seguridad es reactiva e insuficiente, y que se requiere una transformación profunda en la forma en que se enfrenta el crimen organizado.
Además de exigir operativos eficaces, la ciudadanía reclama prevención social, combate a la corrupción institucional y verdadera coordinación intergubernamental. Los constantes ajustes de cuentas, las ejecuciones y los enfrentamientos armados exponen que la violencia en Nuevo León no es un fenómeno aislado, sino un reflejo de problemas estructurales que siguen sin resolverse.
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