El más reciente accidente en la construcción de la Línea 6 del Metro de Nuevo León volvió a encender las alertas entre automovilistas, expertos en infraestructura y ciudadanos. El colapso de una pesada estructura de acero de más de 10 metros de altura, ocurrido la tarde del martes en plena avenida Miguel Alemán, en Apodaca, no solo generó un caos vial de más de tres horas, sino que también volvió a poner en duda la seguridad y planeación de esta obra millonaria del Gobierno estatal.
Según información de Protección Civil, la estructura cayó a las 17:15 horas, sin que se reportaran personas lesionadas. Sin embargo, las imágenes del enorme elemento metálico doblado sobre el carril de circulación aledaña y apoyado parcialmente en una grúa, bastaron para reavivar la preocupación ciudadana: si el colapso hubiera ocurrido apenas unos segundos antes, algún vehículo habría quedado aplastado.
El Gobierno del Estado atribuyó el incidente de la Línea 6 del Metro a “vientos atípicos” de hasta 62 kilómetros por hora, que según su versión, provocaron que uno de los tirantes cediera y la estructura se venciera hacia un costado. Sin embargo, esta es ya la cuarta vez que ocurre un accidente similar en la misma línea del Metro, lo que ha generado dudas sobre la calidad de la obra, la supervisión técnica y los protocolos de seguridad durante su desarrollo.
Repetidos accidentes, mismos pretextos: Así la línea 6 del Metro
Desde que iniciaron los trabajos de la Línea 6 del Metro, se han registrado al menos cuatro incidentes relevantes: tres de ellos relacionados con caídas de columnas o estructuras metálicas, y uno más con el incendio de maquinaria pesada en el sitio de obra. Esta secuencia ha hecho que expertos y ciudadanos cuestionen si realmente se están tomando las medidas necesarias para garantizar la seguridad de las personas que transitan cerca de la zona o que trabajarán ahí en el futuro.
La más reciente caída se suma a una serie de eventos que, lejos de parecer excepcionales, se han vuelto cada vez más frecuentes. En todos los casos anteriores, las autoridades han evitado asumir responsabilidades directas, y se ha optado por justificar los hechos con explicaciones que van desde errores técnicos hasta condiciones climáticas adversas. La narrativa oficial, sin embargo, no parece convencer a quienes transitan diariamente por avenidas como Miguel Alemán, donde cada accidente se convierte en una amenaza real.
En esta ocasión, la caída provocó el cierre completo de uno de los sentidos de la vialidad por más de tres horas. El tráfico colapsó desde Apodaca hasta sectores de Monterrey, San Nicolás y Escobedo. Las redes sociales se llenaron rápidamente de imágenes del siniestro, acompañadas de comentarios que exigían explicaciones claras y acciones correctivas inmediatas.
Obra millonaria, sin fecha clara de entrega
La Línea 6 del Metro fue anunciada como una de las obras insignia del Gobierno estatal actual. Con un presupuesto estimado en miles de millones de pesos, la nueva línea pretende conectar sectores clave del área metropolitana de Monterrey, facilitando la movilidad para miles de personas. Sin embargo, su desarrollo ha estado marcado por retrasos, inconsistencias y, como ahora queda evidenciado, riesgos operativos que podrían derivar en tragedias.
Recientemente, autoridades estatales confirmaron que la obra no estará lista en 2026, como originalmente se había prometido. La nueva fecha tentativa de entrega se ha fijado para 2028, es decir, dos años después de lo planeado. Este anuncio no solo generó molestia entre los ciudadanos, sino que también encendió cuestionamientos sobre el uso de recursos públicos, la planeación del proyecto y la falta de rendición de cuentas.
A medida que se acumulan los incidentes y se alarga el calendario, la confianza de la ciudadanía en el proyecto comienza a erosionarse. Especialistas en infraestructura urbana advierten que más allá del retraso, lo más grave es que la obra, aún inconclusa, ya presenta señales preocupantes de desgaste estructural. Señalan que una columna o una estructura metálica no debería colapsar por vientos de 62 km/h, especialmente si se trata de una construcción reciente, pensada para durar décadas.
Falta de respuestas y temor ciudadano
Lo que más ha inquietado a la ciudadanía es la falta de responsables tras cada incidente. Hasta ahora, no se ha sancionado públicamente a ninguna empresa, constructor o funcionario por los accidentes ocurridos en la Línea 6. Tampoco se han realizado auditorías públicas ni presentado informes técnicos detallados sobre lo sucedido en cada evento. Esta opacidad ha alimentado el descontento social y ha generado la percepción de que no hay supervisión efectiva.
“¿Cuántos accidentes más deben pasar antes de que haya consecuencias reales?”, preguntó una usuaria en redes sociales tras conocer la caída del martes. Su preocupación no es aislada. A diario, miles de automovilistas transitan por zonas en obra que, a juzgar por los hechos, no están debidamente aseguradas.
El silencio por parte del gobernador Samuel García y de funcionarios de Metrorrey no ha contribuido a calmar los ánimos. A pesar de la magnitud del incidente, no se ofreció una rueda de prensa inmediata ni se emitió una declaración formal del mandatario estatal. La única comunicación fue un breve boletín donde se explicaba que “el viento provocó el colapso” y que “no hubo heridos”.
Este tipo de respuestas ha sido criticado por especialistas en gestión de obra pública, quienes insisten en que las condiciones climáticas deben estar previstas en los cálculos estructurales. “Una obra de este tipo no puede justificarse con el argumento del viento. Si una estructura no soporta 60 kilómetros por hora, algo está mal desde el diseño”, afirmó un ingeniero civil consultado por medios locales.
Mientras tanto, la ciudadanía sigue esperando la obra prometida de la Línea 6 del Metro que no solo no avanza al ritmo esperado, sino que representa un riesgo para quienes viven o transitan cerca de ella.
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