Nuevo León ha confirmado su primera muerte por dengue en lo que va del año 2025, sumándose a una preocupante lista nacional de defunciones que ya alcanza las 32 víctimas en distintos estados del país. El dato fue confirmado por el Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica, que en su reporte correspondiente a la semana 28 detalló que el fallecimiento fue oficialmente atribuido a esta enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
La noticia ha generado inquietud entre la ciudadanía, ya que, pese al aumento de casos y la gravedad del problema, el gobierno estatal encabezado por Samuel García no ha emprendido acciones contundentes de prevención. A diferencia de otras entidades que han reforzado sus medidas sanitarias con campañas, brigadas de fumigación y alertas comunitarias, en Nuevo León no se observan esfuerzos visibles que permitan mitigar el impacto del brote.
Especialistas en salud pública advierten que el dengue no es una enfermedad estacional exclusiva del sur del país. En regiones como Monterrey y su zona metropolitana, las lluvias esporádicas, los criaderos urbanos y la falta de saneamiento agravan el riesgo de proliferación del vector. Ante este escenario, la inacción del gobierno estatal comienza a ser tema de preocupación y crítica entre legisladores, médicos y organizaciones civiles.
Confirman brote a nivel nacional
De acuerdo con el informe semanal emitido por la Secretaría de Salud federal, en lo que va del 2025 se han notificado 324 defunciones probables por dengue en todo el país. De estas, 32 ya fueron confirmadas, 160 aún están bajo análisis y 132 han sido descartadas.
Entre los estados con más muertes confirmadas se encuentran Guerrero y Sinaloa, con 5 cada uno; Michoacán y Tabasco, con 3; y entidades como Chiapas, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo y Yucatán, con dos defunciones cada una. En tanto, el Estado de México, Guanajuato, Tamaulipas y ahora Nuevo León han registrado una muerte cada uno.
La distribución geográfica de los casos refleja que el problema ya no es exclusivo de regiones tropicales. La circulación viral se ha extendido hacia el norte del país, y Nuevo León es una prueba de ello. Esta realidad pone en evidencia la necesidad de acciones coordinadas entre los gobiernos estatales y la federación, así como un compromiso real con la salud pública.
🦟⚠️ Confirman primera muerte por #dengue en Nuevo León en 2025
— Radio Fórmula Monterrey (@Formula_Mty) July 22, 2025
El Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica confirmó el primer fallecimiento por dengue en el estado, correspondiente a la semana 28 del año. 😷
📊 A nivel nacional, se han reportado 324 muertes probables… pic.twitter.com/CtPCX1uFEK
Falta respuesta estatal
A pesar de la gravedad del problema, no se han desplegado campañas masivas de prevención en Nuevo León. Tampoco hay registro de brigadas de fumigación en colonias vulnerables, ni campañas de concientización en escuelas, medios de comunicación o redes sociales por parte del Ejecutivo estatal.
La Secretaría de Salud del estado no ha dado declaraciones públicas respecto a este fallecimiento, ni ha ofrecido una actualización sobre el número de contagios activos o las zonas más afectadas. Mientras tanto, la ciudadanía observa con preocupación la ausencia de estrategias claras para frenar el avance del mosquito transmisor.
Vecinos de distintos municipios, como Apodaca, Guadalupe y Escobedo, han reportado un aumento de mosquitos en sus áreas, pero aseguran no haber visto presencia de autoridades sanitarias. “¿Dónde están las brigadas?”, cuestionan en redes sociales, mientras se acumulan más casos sospechosos sin atención visible.
Este vacío de acción contrasta con la promesa del gobernador Samuel García, quien en campañas y declaraciones públicas se comprometió a dar prioridad a la salud. Sin embargo, hasta ahora, la respuesta institucional al dengue ha sido prácticamente nula.
Nuevo León, entre los primeros en descartes
El reporte nacional también revela que Nuevo León ocupa el segundo lugar nacional en número de defunciones descartadas por dengue, con un total de 22, solo por detrás de Veracruz, que suma 25. Si bien esto podría interpretarse como una capacidad diagnóstica activa, también refleja una gran cantidad de casos sospechosos que llegan tarde a los servicios médicos o sin protocolos de atención adecuados.
A pesar de estar entre los estados que más casos han descartado, la confirmación de la primera defunción muestra que el dengue ya circula de manera activa en la entidad, y que el riesgo de nuevos fallecimientos sigue latente.
El contexto es preocupante no solo por lo que representa esta primera muerte, sino por la posibilidad de que haya subregistro de casos. Sin un monitoreo epidemiológico estricto ni estrategias preventivas efectivas, los brotes locales pueden intensificarse rápidamente, sobre todo en zonas donde no se ha erradicado la presencia de criaderos de mosquitos.
Además, médicos del sector público y privado han alertado sobre el desbordamiento de consultas por síntomas relacionados con el dengue, como fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y sarpullido, sin que existan rutas claras de atención o información actualizada por parte de la autoridad estatal.
Piden actuar antes de que sea tarde
Frente a esta situación, epidemiólogos y expertos en salud pública han reiterado el llamado a implementar medidas de contención inmediatas. Entre las recomendaciones se incluyen fumigaciones focalizadas, difusión de información preventiva, recolección de cacharros y monitoreo entomológico constante en zonas urbanas y rurales.
El silencio oficial del gobierno de Samuel García sobre el caso confirmado, así como la ausencia de medidas visibles, ha sido motivo de críticas de actores políticos, medios y organizaciones de la sociedad civil. Muchos consideran que se trata de una omisión grave, especialmente en un contexto donde el dengue ya ha demostrado su capacidad letal y su rápido avance en zonas urbanas.
Por su parte, la ciudadanía ha comenzado a organizar jornadas de limpieza por cuenta propia, ante la falta de apoyo institucional. Sin embargo, especialistas advierten que sin coordinación estatal ni vigilancia sanitaria, los esfuerzos ciudadanos serán insuficientes para frenar el avance del virus.
La situación exige una respuesta urgente y decidida, antes de que la curva de contagios se eleve y se pierdan más vidas que podrían haberse salvado con prevención, información y acción oportuna.
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