La mala calidad del aire en Nuevo León volvió a marcar la pauta en el estado, después de varios meses de contaminación, en los que la calidad del aire había mostrado mejoras gracias a las lluvias de septiembre. Una capa gris se hizo visible en la zona norte y en municipios como Santa Catarina y García, donde los niveles de partículas PM10 superaron nuevamente la Norma de Salud, según los reportes del Índice de Aire y Salud al corte de las 9:00 horas.
Lo que hace apenas unas semanas parecía un respiro para los habitantes de la zona metropolitana, se convirtió de nuevo en motivo de alarma. El regreso del smog confirma que los problemas estructurales de calidad del aire siguen sin resolverse, y que las lluvias solo maquillaron temporalmente la situación.
Expertos señalan que la aparición de esta nata contaminante se relaciona con las inversiones térmicas, un fenómeno que suele intensificarse a partir de octubre y que provoca que los contaminantes queden atrapados a baja altura, sin posibilidad de dispersarse. Esta condición convierte a la zona metropolitana en una trampa de partículas dañinas para la salud.
Mala calidad del aire en Nuevo León
El repunte de la mala calidad del aire en Nuevo León ha despertado la preocupación de especialistas y ciudadanos. Las estaciones de monitoreo registraron concentraciones de contaminantes por encima de lo recomendado para proteger la salud pública, lo que implica riesgos directos en la vida diaria de la población.
Médicos advierten que la exposición prolongada a partículas PM10 puede desencadenar problemas respiratorios, afectar a personas con padecimientos crónicos y aumentar los casos de enfermedades relacionadas con la contaminación. Niños y adultos mayores son los sectores más vulnerables, pero la población en general está expuesta a consecuencias a corto y largo plazo.
Lo más preocupante, según ambientalistas, es la falta de medidas contundentes del gobierno estatal. Si bien el gobernador Samuel García ha promovido imágenes de proyectos de reforestación o la plantación de árboles en espacios públicos, estas acciones no abordan el problema de fondo: las fuentes industriales y móviles que cada día aportan toneladas de contaminantes a la atmósfera.

Políticas ambientales cuestionadas
La crisis ambiental en Nuevo León no es nueva. Desde hace años, el estado se encuentra entre las entidades con peores indicadores de calidad del aire en México. Sin embargo, durante la actual administración estatal se ha hecho evidente una brecha entre el discurso y la acción.
En redes sociales, el gobernador ha presumido campañas y propuestas “verdes”, pero los resultados prácticos han sido mínimos. En contraste, la ciudadanía observa cómo las cifras oficiales de contaminación superan de manera constante los límites de la norma.
El reciente episodio de la capa gris puso de nuevo en evidencia esa incongruencia. Mientras los mensajes oficiales hablan de compromiso con el medio ambiente, la realidad es que no existen políticas integrales que regulen de manera efectiva las emisiones de las principales industrias, ni estrategias claras para renovar el transporte público con unidades menos contaminantes.
La percepción pública es que, lejos de garantizar aire limpio, la administración ha optado por acciones mediáticas, como plantar árboles en la Explanada de los Héroes o compartir fotos en redes, sin atender las causas estructurales del problema.
Luego de predominar la buena calidad del aire en meses recientes, contaminación atmosférica vuelve a reflejarse sobre el área metropolitana.#ElNorteLocal https://t.co/J4orzaB8Kk
— EL NORTE (@elnorte) October 1, 2025
Impacto social de la mala calidad del aire en Nuevo León
El tema de la mala calidad del aire en Nuevo León no solo se traduce en estadísticas, sino en una carga directa sobre la vida diaria de los habitantes. La visibilidad de la capa gris provoca preocupación en las familias, que se preguntan si es seguro realizar actividades al aire libre, especialmente en horarios de alta concentración de contaminantes.
A esto se suma el desgaste económico. Diversas organizaciones civiles han advertido que la mala calidad del aire incrementa los costos en salud pública y afecta la productividad laboral. Cada día perdido por enfermedades respiratorias o ausentismo en las escuelas tiene un impacto en la economía local.
Ante este panorama, colectivos ambientales y ciudadanos piden al gobierno del estado aplicar medidas firmes y sostenibles:
- Regular con mayor rigor a las industrias que operan en la zona metropolitana.
- Implementar un plan real de renovación del transporte público.
- Invertir en tecnologías limpias que reduzcan las emisiones.
- Asegurar la transparencia en los reportes de calidad del aire.
Los reclamos crecen en un contexto donde la población percibe que, mientras el gobierno mantiene una agenda enfocada en la política electoral, la salud de los habitantes queda relegada a un segundo plano.
Lo que viene para el estado
Con el inicio de la temporada de inversiones térmicas, los expertos advierten que el problema de la contaminación podría intensificarse en los próximos meses. Octubre es solo el inicio de una etapa complicada, donde los contaminantes se acumulan y permanecen más tiempo en el ambiente debido a las condiciones climáticas.
El reto para Nuevo León será enfrentar este escenario con una estrategia clara, más allá de discursos y promesas. La evidencia científica ya ha señalado los efectos de la contaminación en la salud y la calidad de vida, y la presión ciudadana aumenta.
La pregunta ahora es si el gobierno estatal será capaz de pasar del terreno de las fotografías simbólicas a las acciones reales, que garanticen un aire limpio y seguro para los millones de habitantes que diariamente respiran una mezcla cada vez más dañina.
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