El municipio de Escobedo, encabezado por el alcalde Andrés Mijes, ha redoblado sus esfuerzos para proteger el Río Pesquería, uno de los cauces más importantes del Área Metropolitana de Monterrey y, al mismo tiempo, uno de los más vulnerables frente a la contaminación. A través de un comunicado oficial, el gobierno municipal informó que mantiene operativos permanentes para prevenir afectaciones al medio ambiente y evitar que esta zona natural siga siendo blanco de tiraderos clandestinos, descargas irregulares y acumulación de residuos.
La estrategia de vigilancia en Escobedo no sólo incluye rondines habituales, sino que ha incorporado tecnología de punta como drones con cámaras térmicas y visión nocturna, lo que permite detectar movimientos y actividades sospechosas incluso durante las madrugadas. Estas herramientas se han vuelto clave para monitorear zonas de difícil acceso y responder con mayor rapidez ante cualquier amenaza ambiental.
Además del equipo técnico, el gobierno municipal ha articulado esfuerzos entre distintas dependencias, como la Secretaría de Medio Ambiente y la Secretaría de Seguridad Ciudadana, con el objetivo de crear una respuesta institucional integral que no solo castigue, sino también prevenga y eduque a la población sobre la importancia de conservar los cuerpos de agua del estado.
Limpieza, vigilancia y drones
Desde principios de 2023, el municipio de Escobedo ha desplegado patrullajes constantes por tierra y aire a lo largo del cauce del Río Pesquería. Estas acciones están enfocadas tanto en la detección de actividades ilegales, como la disposición de desechos sin permiso, como en la recolección de residuos ya presentes. Gracias a estas labores, se han retirado toneladas de escombro y basura, una tarea que se ha realizado en conjunto con vecinos, autoridades estatales, federales y empresas locales.
Los drones han sido una herramienta determinante. Al estar equipados con visión térmica y capacidad para operar de noche, permiten documentar actividades fuera de la vista humana y, con ello, reforzar el proceso de denuncia y sanción. Estas misiones aéreas se suman a los esfuerzos en tierra que incluyen jornadas de reforestación y limpieza, promoviendo así un modelo de vigilancia que no solo detecta y sanciona, sino que también educa y moviliza a la comunidad.
Multas y participación ciudadana
Entre enero de 2023 y la fecha de corte del comunicado, el municipio ha aplicado al menos 10 multas por violaciones a la normatividad ambiental. Estas sanciones han sido dirigidas tanto a personas físicas como a negocios, y pueden alcanzar montos de hasta 103 mil pesos. Además del castigo económico, quienes cometen faltas también deben reparar el daño ambiental ocasionado, lo que refuerza la idea de una justicia restaurativa aplicada al contexto ecológico.
Uno de los ejes de la estrategia de Escobedo ha sido el contacto directo con las comunidades cercanas al río. Se han realizado campañas de concientización para explicar los riesgos ambientales y legales de contaminar, al mismo tiempo que se promueve la denuncia anónima de actividades sospechosas. Esta medida ha buscado empoderar a la ciudadanía como parte activa en la defensa del entorno, cerrando así el círculo de vigilancia entre gobierno y sociedad.
En situaciones en las que se detectan descargas de aguas negras, los reportes se canalizan directamente a Agua y Drenaje de Monterrey, para que se atienda el caso con prontitud y se implementen medidas correctivas. Este trabajo coordinado con otras instituciones ha sido parte clave del modelo preventivo impulsado por el municipio.
Años de promesas incumplidas
A pesar de los esfuerzos más recientes, el Río Pesquería sigue en crisis. Desde hace años, múltiples administraciones municipales han prometido inversiones millonarias para su saneamiento, pero los resultados han sido limitados. En 2021, los entonces alcaldes de Monterrey y Escobedo, Luis Donaldo Colosio y Andrés Mijes, anunciaron un fondo conjunto de 400 millones de pesos destinado a rehabilitar el río, propuesta que dio origen al llamado “Plan de Manejo Integral” en 2022. Sin embargo, vecinos y ambientalistas denuncian que la situación no ha mejorado de forma sustancial.
Las críticas se centran en la falta de vigilancia constante y el crecimiento de tiraderos clandestinos, que en muchos casos vuelven a aparecer pocos días después de ser retirados. Además, varias empresas privadas han sido señaladas como responsables de contaminar el cauce, entre ellas Ternium y Fluido Básicos y Refinados de Solventes, sin que se haya informado públicamente sobre sanciones ejemplares en su contra.
Incluso el programa “El Río Vive”, anunciado en 2023 y que contemplaba vigilancia con drones, no ha ofrecido resultados contundentes. A pesar de las herramientas tecnológicas, las denuncias por contaminación siguen en aumento y la percepción ciudadana sobre el estado del río continúa siendo negativa.
Obstáculos institucionales persistentes
Uno de los mayores retos en la defensa del Río Pesquería ha sido la falta de capacidad institucional para aplicar justicia ambiental efectiva. Aunque el nuevo secretario de Medio Ambiente del estado, Raúl Lozano, ha expresado su interés por retomar el tema y fortalecer los operativos de vigilancia, la Fiscalía Ambiental de Nuevo León sigue sin titular, lo cual limita la capacidad del estado para sancionar de manera eficiente los delitos ecológicos.
Actualmente, la Fiscalía solo cuenta con una encargada de despacho, lo que ha frenado procesos legales clave. Sin una figura con autoridad plena, muchas de las denuncias terminan sin castigo, perpetuando un ciclo de impunidad que afecta gravemente a los esfuerzos locales por proteger el ecosistema.
La continuidad de las promesas sin resultados ha generado frustración entre los vecinos, quienes consideran que el río ha sido abandonado por las autoridades y usado solo como discurso en campañas políticas. En este contexto, las acciones recientes del municipio de Escobedo representan un paso en la dirección correcta, pero aún falta una coordinación sólida con las instancias estatales y federales para lograr un verdadero cambio en el estado del río.
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