El tráfico en Nuevo León dio una tregua tras los festejos de navidad y nochebuena. Durante la mañana del 25 de diciembre, la zona metropolitana de Nuevo León amaneció con calles despejadas, circulación fluida y operativos de seguridad activos. La imagen contrastó con el ritmo cotidiano del estado y dejó una estampa poco habitual para automovilistas y peatones.
Calles Vacías Tras La Nochebuena
Durante las primeras horas del día, el tráfico en Nuevo León fue mínimo. El descanso oficial y las celebraciones familiares influyeron de forma directa en la baja movilidad. Por ello, avenidas que suelen registrar alta carga vehicular mostraron una imagen atípica de calma.
Vialidades importantes presentaron largos tramos sin vehículos. El flujo fue constante y sin interrupciones. Esta condición permitió traslados rápidos a quienes salieron por motivos laborales o situaciones urgentes durante la mañana de navidad.
Además, ejes viales que normalmente concentran embotellamientos matutinos se mantuvieron despejados. La circulación fue ágil y continua. En distintos municipios del área metropolitana se repitió el mismo escenario, con calles silenciosas y escaso tránsito.

Movilidad Urbana Durante Navidad
A pesar de la baja afluencia vehicular, el transporte público mantuvo su operación. Las rutas de camiones urbanos circularon con horarios de día festivo. De igual forma, el sistema de transporte colectivo ofreció servicio regular para quienes dependían de él.
Las rutas intermunicipales también estuvieron activas, aunque con unidades a media capacidad. La mayoría de los pasajeros fueron trabajadores de servicios esenciales, personal de salud y ciudadanos que no suspendieron actividades durante la navidad.
Esta dinámica permitió recorridos más rápidos y menos saturados. Para muchos usuarios, el tráfico en Nuevo León durante la mañana posterior a la nochebuena representó una experiencia distinta a la habitual, marcada por menor tiempo de traslado y menos estrés vial.

Un Amanecer Distinto En La Ciudad
En el primer cuadro de Monterrey, el panorama fue de tranquilidad casi total. Las calles lucieron despejadas, con pocos peatones y mínima actividad comercial. Solo algunas personas esperaban el transporte público en paradas habituales.
Trabajadores de servicios públicos aprovecharon la baja movilidad para realizar labores de limpieza. Las banquetas y vialidades recibieron mantenimiento y recolección de desechos. Esta imagen reforzó la sensación de pausa urbana.
La escena permitió observar una ciudad distinta. Sin el ruido constante del tráfico ni la prisa cotidiana, la ciudad mostró una cara más relajada tras la nochebuena. Para muchos, fue un respiro breve antes del regreso a la normalidad.
Con el paso de las horas, se prevé que la movilidad retome su curso habitual. Sin embargo, la mañana del 25 de diciembre quedó marcada como uno de esos momentos en los que el tráfico en Nuevo León disminuye y permite a la ciudad avanzar con calma tras la navidad.
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