Durante la administración de Samuel García, el costo del agua en Nuevo León se ha incrementado de manera significativa. Pese a los discursos que aseguran que los aumentos no afectarían a quienes consumen poco, la realidad es que todos los hogares han resentido el impacto en sus bolsillos. De acuerdo con un análisis realizado, el alza acumulada en los recibos de Agua y Drenaje de Monterrey (AyD) ha sido de hasta 70 por ciento desde 2022.
El incremento ha sido paulatino y sostenido, impulsado por una serie de medidas que incluyen nuevas cuotas, ajustes tarifarios y la aplicación de una fórmula mensual de actualización, autorizada por la Ley de Agua Potable y Saneamiento. Aunque el gobierno ha intentado justificar estas medidas como parte de una estrategia para fomentar el ahorro, lo cierto es que los ciudadanos terminan pagando más incluso cuando su consumo se mantiene estable o disminuye.
Afectados hasta los que ahorran agua en Nuevo León
Contrario a lo prometido por las autoridades, incluso los usuarios con consumos bajos —menos de 10 metros cúbicos mensuales— han sido afectados por los aumentos. Aunque AyD anunció en marzo de 2022 que estas familias estarían exentas de los nuevos cobros, el impacto en sus recibos ha sido evidente.
Desde enero de 2022 hasta mayo de 2025, los hogares con este nivel de consumo han visto un alza del 27 por ciento en sus pagos mensuales. Este incremento supera el nivel de inflación acumulada en ese mismo periodo, que fue de aproximadamente 18 por ciento.
A lo anterior se suma la cuota de saneamiento, un nuevo cargo implementado en 2022 y equivalente al 12.5 por ciento del consumo. Aunque en su momento no se detalló ampliamente, este concepto se suma a la tarifa básica, lo que contribuye a engrosar el monto final del recibo.
En consecuencia, incluso quienes han hecho un esfuerzo por reducir su consumo no han logrado frenar el crecimiento de su recibo. El ahorro de agua en Nuevo León no se traduce en ahorro económico bajo el actual esquema tarifario.
Incrementos, actualizaciones y nueva cuotas de #AguayDrenaje encarecen hasta 70% el servicio para la mayoría de usuarios domésticos. #ElNorteLocal https://t.co/yI3Az9psRr
— elnortelocal (@elnortelocal) June 9, 2025
Los que consumen más, pagan mucho más
Para aquellos hogares cuyo consumo mensual oscila entre los 11 y los 29 metros cúbicos, la situación es aún más crítica. Este grupo representa el 60 por ciento del agua facturada en la categoría doméstica, y ha sido el más golpeado por las nuevas políticas de facturación de AyD.
Según el análisis, los recibos para estos usuarios se han encarecido entre 43 y 70 por ciento desde 2022. Esta alza está muy por encima del aumento anunciado en su momento por la administración estatal, que supuestamente sería de entre el 10 y el 25 por ciento.
Por ejemplo, un hogar que consumía 20 metros cúbicos pagaba en 2022 un total de 239.38 pesos por el valor del consumo, más una cuota fija de 74.3 pesos. Actualmente, esos mismos conceptos se han elevado a 383.66 pesos y 94.4 pesos, respectivamente. En conjunto, representa un aumento del 52 por ciento.
Para quienes consumen 25 metros cúbicos, el alza ha sido de 62 por ciento, mientras que los que llegan a 30 metros cúbicos enfrentan una diferencia del 77 por ciento en sus recibos en comparación con hace tres años. Y si se habla de consumos más altos, el impacto es aún mayor: algunos hogares pagan hasta 131 por ciento más que en 2022.
AyD justifica cobros por “conciencia hídrica”
Ante los señalamientos, el director de Agua y Drenaje, Juan Ignacio Barragán, ha negado que se trate de aumentos como tal. Según sus declaraciones, las medidas buscan generar conciencia sobre el uso del recurso y motivar a los ciudadanos a modificar sus hábitos de consumo.
Sin embargo, la realidad contradice ese argumento. Numerosos usuarios han reportado que, a pesar de haber reducido su consumo, sus recibos han seguido aumentando. Esto se explica por la fórmula mensual de actualización, autorizada por ley, que permite a AyD modificar sus tarifas con base en múltiples factores, entre ellos la inflación, los costos de operación, los sueldos del personal y el gasto energético.
Dicha fórmula, además de poco transparente para la ciudadanía, no ha sido acompañada por una política efectiva de comunicación pública. Muchos consumidores ni siquiera comprenden de dónde provienen los aumentos ni cómo se calcula el monto total de su recibo.
Este descontento ha generado críticas entre los expertos. Mientras el gobierno estatal promueve campañas sobre “uso responsable del agua”, los hogares pagan más sin importar cuánta agua ahorren. Las medidas de ahorro hídrico, en vez de verse recompensadas, parecen castigadas en términos financieros.
¿Y el impacto económico del agua en Nuevo León?
El aumento sostenido en los recibos de agua en Nuevo León no es un tema menor. Tiene un efecto directo en la economía familiar, especialmente en los sectores medios y bajos, para quienes un incremento de entre 300 y 500 pesos mensuales puede significar una diferencia considerable en su presupuesto.
Además, la opacidad en la forma en que se aplican los cobros genera desconfianza. No hay una política clara de subsidios ni diferenciación según condiciones sociales. El mismo esquema tarifario aplica para todos, sin importar si se trata de una familia vulnerable o una residencia de alto consumo.
En el contexto actual de aumento de precios, inflación y pérdida de poder adquisitivo, estos incrementos constantes en el agua representan una carga adicional. Y aunque el discurso oficial apunta a una “cultura del cuidado”, la estrategia utilizada por el organismo operador del agua parece más enfocada en la recaudación que en la conciencia ambiental.
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