En un movimiento que ha dejado boquiabiertos a muchos, el Gobierno de Nuevo León, encabezado por Samuel García, ha otorgado un contrato multimillonario a una empresa rodeada de polémica y sospechas de corrupción. ¿Estamos presenciando un nuevo escándalo de proporciones millonarias?
Samuel García “Regala” Millonario contrato a empresa cuestionada
El pasado 3 de abril, los Servicios de Salud de Nuevo León adjudicaron un contrato exorbitante de más de 9 millones de pesos a Cas Vic, una empresa poblana cuya reputación está más manchada que un tablero de ajedrez. Este contrato, que incluye el mantenimiento de camas y camillas médicas, ha encendido todas las alarmas. ¿Lo más chocante? Cas Vic fue la única empresa en presentarse al concurso, un hecho que huele a arreglos bajo la mesa y favoritismos descarados.
Cas Vic, liderada por Genaro Castillo Gómez, ha estado en el ojo del huracán desde su fundación en el 2000. Esta empresa, que amplió su giro comercial a la compra y venta de equipo médico apenas en 2018, ha recibido su primer contrato de la actual administración estatal. ¿Coincidencia? Difícil de creer.
El oscuro pasado del dueño de Cas Vic
Genaro Castillo Gómez no es ningún santo. Reportes periodísticos han revelado su participación en turbios negocios con la Secretaría de Salud de Puebla, donde recibió adjudicaciones millonarias bajo condiciones más que sospechosas. ¿Y qué hizo con ese dinero? Según las denuncias, se inflaron los precios y se otorgaron contratos de forma directa, todo bajo el mandato del infame exgobernador priista Mario Marín, también conocido como “El Gober Precioso”.
¿Estamos ante una red de corrupción que se extiende más allá de los límites de Puebla? Las pruebas apuntan a que sí. Este hombre, que parece tener más vidas que un gato, ha vuelto a caer de pie, esta vez en Nuevo León.
Patrones repetidos: Samuel García en la mira
Pero la cosa no acaba aquí. El 21 de abril, se supo que el gobierno de Nuevo León había comprado mil toneladas de carpeta asfáltica a Constructora Ahucatlán, otra empresa poblana de dudosa reputación. ¿La única concursante? Por supuesto. Sin historial como proveedora de dependencias públicas y con todas las características de una facturera, esta adjudicación levanta las mismas sospechas de arreglos sucios y corrupción rampante.
¿Coincidencias? Parece más bien un patrón descarado de comportamiento. La administración estatal de Nuevo León encabezada por Samuel García está repitiendo la misma jugada sucia una y otra vez, adjudicando contratos a empresas con antecedentes oscuros y dejando a la ciudadanía con más preguntas que respuestas.