En días recientes, la imagen política de Mariana Rodríguez volvió a estar en el centro del debate. Esta vez, no por una decisión de gobierno o por algún proyecto, sino por la difusión de una fotografía que generó una fuerte oleada de críticas en redes sociales. En la imagen, Mariana Rodríguez aparece en un evento oficial de seguridad cargando a su hija en una cangurera, en lo que para muchos no fue un gesto espontáneo, sino una calculada estrategia de posicionamiento mediático.
Desde hace tiempo, las acciones públicas de Mariana y Samuel han sido objeto de escrutinio por su estilo de gobierno enfocado en redes sociales. Sin embargo, el uso constante de su hija en actos políticos y sesiones fotográficas ha sido señalado como un límite ético que no debería cruzarse. La pregunta que muchos se hacen es: ¿hasta qué punto es válido usar a menores de edad para alimentar una narrativa pública favorable?
Críticas Por Imagen Política
Las reacciones no se hicieron esperar. Apenas se viralizó la fotografía del evento con Fuerza Civil, múltiples usuarios expresaron su inconformidad por lo que calificaron como una puesta en escena diseñada para generar simpatía. Lejos de interpretar el acto como una madre presente y comprometida, las críticas se centraron en la explotación emocional de la figura infantil como recurso publicitario.
No es la primera vez que Mariana Rodríguez recurre a este tipo de representaciones. A lo largo de esta administración, ha utilizado su papel como madre y presidenta del DIF para construir una narrativa de cercanía con la población. Sin embargo, esta estrategia ha sido calificada por expertos en comunicación política como un uso emocional del rol materno para proyectar sensibilidad, sacrificio y compromiso social, elementos clave para nutrir una buena imagen política.
En esta ocasión, lo que detonó la molestia fue el contexto: un evento de carácter policial donde no había justificación aparente para llevar a una menor. Muchos señalaron que se trató de una escena cuidadosamente diseñada para generar impacto visual y provocar reacciones emocionales entre la audiencia.
Mariana Rodríguez puede llevar a sus hijas al trabajo porque es una señora privilegiada. Que bueno que los que pueden aprovechen sus privilegios, pero no traten de romantizar algo a lo que millones de mexicanas no tienen acceso
— Sí, soy Yessenia (@SoyMaquinista) September 6, 2025
Privilegios Que No Son Compartidos
Uno de los principales señalamientos fue el desconecte con la realidad de muchas madres en Nuevo León, quienes no pueden llevar a sus hijos a sus trabajos, ni disfrutar del respaldo de múltiples recursos logísticos, personal de seguridad y cuidado. Mientras Mariana se muestra con su hija en espacios públicos resguardados, miles de mujeres enfrentan condiciones precarias, sin acceso a estancias infantiles, licencias laborales extendidas o acompañamiento gubernamental real.
Las críticas también se dirigieron a la falta de propuestas concretas en favor de la infancia. Aunque la imagen pública de Mariana se ha construido en torno al DIF y la atención a menores, muchas activistas señalan que los programas institucionales no han tenido el impacto esperado y que los apoyos son limitados. Lo que sí se ha mantenido constante es la utilización simbólica de niñas y niños para reforzar una percepción positiva del gobierno estatal.
Las voces más duras acusan que el objetivo es proyectar una figura sensible y empática que podría ser usada a futuro con fines electorales. En un contexto donde se especula sobre la posible postulación de Mariana Rodríguez a cargos públicos, cada aparición pública adquiere una connotación estratégica. Y en este juego, la figura infantil se convierte en una herramienta de imagen política, más que en el centro de una política pública eficaz.
Redes Sociales Como Estrategia De Gobierno
El caso ha vuelto a poner en la mira el estilo de gobernar de Samuel y Mariana. Su comunicación política no descansa en ruedas de prensa o comparecencias ante el Congreso, sino en publicaciones virales, videos producidos con estética publicitaria y presencia constante en plataformas digitales. La forma ha superado al fondo, y para muchos ciudadanos, la administración estatal parece más interesada en sumar likes que en resolver problemas de fondo como la inseguridad, la movilidad o el acceso a la salud.
Este tipo de gobierno, basado en la imagen política digital, ha sido altamente rentable a nivel de posicionamiento, pero ha creado una desconexión creciente con sectores de la población que exigen resultados tangibles. Aunque hay quienes valoran que Mariana se muestre como madre y figura pública activa, también existen cuestionamientos serios sobre los límites éticos de exponer a menores en estos espacios.
Numerosos especialistas en derechos de la infancia han advertido que el protagonismo de niñas y niños en campañas, eventos o redes sociales debe ser cuidadosamente regulado. Aunque no haya una infracción legal directa, se trata de un terreno delicado donde el interés superior del menor debería estar por encima de cualquier cálculo político.
¿Todo Por La Imagen Política de Mariana Rodríguez?
El episodio reciente refuerza la percepción de que para el gobierno estatal actual, la imagen política es más importante que la gestión. En lugar de anunciar mejoras en estancias infantiles, becas para madres trabajadoras o campañas reales por la niñez, se apuesta por mostrar escenas familiares en eventos oficiales. Esto, aunque pueda generar reacciones favorables momentáneas, también ha incrementado la desconfianza entre quienes consideran que todo es parte de un guion cuidadosamente ensayado.
El electorado actual es más exigente y está más informado. Por eso, utilizar a un menor para fines propagandísticos puede tener un efecto contrario al buscado: en lugar de generar empatía, puede detonar críticas y recordatorios de todas las omisiones que persisten en materia de protección infantil en el estado.
Así, mientras las cifras de inseguridad infantil y pobreza en zonas marginadas siguen preocupando, el foco mediático del gobierno gira en torno a una foto. Y esto, para muchos, representa el mejor resumen del estilo de esta administración.
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