En la zona sur de Monterrey, un verdadero drama está ocurriendo mientras las autoridades locales hacen la vista gorda. Más de 400 residentes han caído enfermos debido a un agua contaminada que fluye impunemente por el sistema de drenaje del área. A pesar de las súplicas y denuncias desesperadas de la comunidad, tanto el gobierno dirigido por Samuel García como Agua y Drenaje han optado por ignorar el sufrimiento de los ciudadanos.
La Tragedia Ignorada
Karina Barrón, diputada federal y residente de la zona, ha estado luchando contra un muro de indiferencia gubernamental. A pesar de los más de 480 casos de enfermedades reportados el año pasado, las autoridades han dado la espalda a los ciudadanos, desestimando sus preocupaciones como meras herramientas políticas. Mientras tanto, la epidemia sigue su curso, con 82 nuevos casos solo la semana pasada, y dos personas hospitalizadas como resultado directo del agua contaminada.
Entre los afectados se encuentran familias destrozadas por la enfermedad, con historias desgarradoras de sufrimiento y dolor. Los testimonios de padres desesperados viendo a sus hijos luchar contra la enfermedad, mientras las autoridades juegan con sus vidas, pintan un cuadro sombrío de la situación en Monterrey. La negligencia y la incompetencia gubernamental han convertido lo que debería ser un derecho básico, el acceso a agua potable segura, en una pesadilla mortal para los residentes del sur de la ciudad.
La Verdad Oculta del Gobierno de Samuel
Mientras los residentes luchan por sobrevivir, las autoridades se aferran a sus excusas y negaciones. El director de Agua y Drenaje, Juan Ignación Barragán, ha tratado de desacreditar las denuncias, acusando a los ciudadanos de manipular la información para sus propios fines. Mientras tanto, los estudios independientes confirman la presencia de materia fecal en el suministro de agua, desenmascarando la verdad detrás de la fachada de negación oficial.
El sufrimiento de los residentes del sur de Monterrey no puede continuar siendo ignorado. Es hora de que el gobierno y Agua y Drenaje enfrenten la realidad de la crisis que han permitido que se desarrolle en su propia ciudad. Se necesitan medidas urgentes para investigar la fuente de la contaminación y garantizar que se tomen medidas para proteger la salud y la seguridad de todos los ciudadanos. La negligencia y la incompetencia ya no pueden ser toleradas mientras la gente sufre. Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad y actúen antes de que sea demasiado tarde.