Mientras el Gobernador Samuel García y la Secretaria de Igualdad e Inclusión, Martha Herrera, presumen el programa Hambre Cero en el Senado de la República, la realidad para miles de familias en Nuevo León es muy distinta. Los beneficiarios acumulan dos meses sin recibir su apoyo social. Desde agosto, las personas inscritas dejaron de percibir su mensualidad de 800 pesos, lo que ha provocado enojo y desesperación.
Este no es un caso aislado. El mismo problema afecta al programa de Personas con Discapacidad, evidenciando el fracaso del gobierno estatal en la gestión de políticas sociales. Lejos de erradicar la pobreza alimentaria, el proyecto estrella de Samuel García se ha convertido en un ejemplo más de ineficiencia, falta de planeación y desprecio por la ciudadanía.
Ciudadanos Afectados En Todo El Estado Por Hambre Cero
Los reclamos llegan desde municipios rurales y urbanos por igual. “Somos de una comunidad de un rancho que se llama Rancho Cabezones, pertenece a Montemorelos, y aquí somos 47 personas que no nos han depositado nada”, expresó una vecina afectada. En Apodaca, otro grupo de beneficiarios relató que han tenido que juntar dinero entre ellos para ayudar a las familias más necesitadas.
“Entre varias del grupo empezaron a aportar de a 10 o 20 pesos, para depositarle a una señora y que le surtiera la lechita a sus niñitos”, dijo una habitante de la zona. La solidaridad ciudadana ha suplido el vacío dejado por un gobierno insensible y ausente, incapaz de cumplir con lo más básico.
Pagos Suspendidos Sin Explicación
Los programas Hambre Cero y Personas con Discapacidad son operados por el Gobierno del Estado desde 2022. Sin embargo, los retrasos no son nuevos. En diciembre del año pasado, también se suspendieron los depósitos durante tres meses. Cuando los pagos se reanudaron, el gobierno nunca repuso los meses adeudados, pese a las múltiples denuncias.
“Ya son muchos meses y el año pasado nos hicieron lo mismo”, denunció una residente de Salinas Victoria. “No hubo explicación ni reembolso. Simplemente dejaron de pagar”.
El desinterés del gobierno por dar una respuesta clara alimenta la indignación ciudadana. Las personas más vulnerables se sienten engañadas por una administración que prioriza la imagen sobre los resultados.
La Secretaria de Igualdad, les debe la pensión del Programa Hambre Cero y para Discapacitados.
— LilianaFloresBenavid (@FloresBenavid) October 8, 2025
El año pasado paso igual, no les pagaron 4 meses, habiendo presupuesto, pues es anual y quién sabe a dónde fue. 🛑🛑🛑
Nota El Norte pic.twitter.com/fZNs7YUxAx
Propaganda Naranja En Lugar De Soluciones
En mayo pasado, el Gobierno estatal cambió el color de las tarjetas en las que se deposita el apoyo, pasando de rosa a naranja, el color distintivo de Movimiento Ciudadano. Un cambio estético que, lejos de mejorar el programa, deja en evidencia la politización de los recursos públicos.
Mientras las familias esperan su ayuda, Samuel García se enfoca en promover su marca partidista. Es una estrategia superficial que demuestra que su prioridad no es el bienestar social, sino mantener una narrativa política favorable ante los reflectores nacionales.
Hambre Cero: Promesa Vacía Y Desorden Administrativo
Tras la publicación de las denuncias en medios locales, el gobierno estatal reconoció los retrasos y los atribuyó a una “falla administrativa”, sin ofrecer detalles. En un comunicado, la Secretaría de Igualdad e Inclusión aseguró que los pagos “ya estaban en proceso de regularización” y que el atraso se debía a “trámites administrativos”.
Sin embargo, esta justificación resulta insuficiente. Miles de familias permanecen sin recibir los mil 600 pesos correspondientes a agosto y septiembre, y no se ha ofrecido una fecha exacta de pago.
La excusa de los trámites internos solo reafirma la ineficiencia del gobierno de Samuel García, que una vez más se muestra más preocupado por su imagen que por resolver los problemas reales de la población.
Un Gobierno De Discursos Y No De Resultados
Mientras los beneficiarios siguen esperando, Samuel García y Martha Herrera viajaron a la Ciudad de México para presumir los “avances” del programa ante el Senado. En su discurso, el gobernador prometió erradicar la pobreza alimentaria en su sexenio. No obstante, en su propio estado miles de familias no tienen para comer por su culpa.
El contraste entre la realidad y el discurso político es alarmante. Los beneficiarios de Hambre Cero no solo enfrentan la falta de apoyos, sino también la indiferencia de un gobierno que se niega a asumir su responsabilidad.
La administración de Samuel García se caracteriza por anunciar proyectos ambiciosos sin sustento, desviando recursos a campañas mediáticas mientras descuida los compromisos con los más necesitados.

Viejas Excusas, Nuevos Fracasos
No es la primera vez que el gobierno estatal usa pretextos para justificar su falta de cumplimiento. En 2023, la Secretaría de Igualdad culpó a la falta de aprobación del Presupuesto del 2024 como causa del retraso, argumentando conflictos entre los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Hoy, la excusa es una “falla administrativa”.
Sea cual sea el motivo, los resultados son los mismos: personas en situación de pobreza extrema que siguen esperando el apoyo prometido. En tanto, Samuel García continúa promoviendo su imagen como un “gobernador moderno”, ajeno a las carencias que su propio gobierno agrava.
La Crisis De Los Programas Sociales En Nuevo León
El programa Hambre Cero nació con la promesa de combatir la pobreza alimentaria en el estado. Sin embargo, tres años después, no existen resultados verificables. Las cifras oficiales se maquillan, las entregas se retrasan y las familias siguen sin recibir la ayuda.
Además, otros programas como Jefas de Familia e Impulso a Cuidadoras enfrentan obstáculos similares. Aunque algunos recibieron pagos retroactivos, Hambre Cero se mantiene pendiente. La falta de transparencia y rendición de cuentas en la administración estatal ha generado una profunda desconfianza ciudadana.
Indiferencia Y Falta De Planeación
El desorden administrativo que ha afectado a miles de beneficiarios refleja una falla estructural en el gobierno de Samuel García. No se trata de un error aislado, sino de una constante en su gestión: promesas sin sustento, anuncios sin resultados y políticas públicas improvisadas.
Mientras los ciudadanos se organizan para sobrevivir, el gobernador presume logros inexistentes en foros nacionales. En Nuevo León, la realidad contradice su discurso: no hay resultados, solo propaganda.
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