El Parque Libertad, inaugurado en los terrenos donde alguna vez estuvo el Penal del Topo Chico, sigue siendo motivo de inconformidad entre vecinos y colectivos que acusan al Gobierno estatal de incumplir los compromisos pactados hace dos meses. Lo que en su momento se presentó como un espacio simbólico de transformación social permanece, según los habitantes, como un proyecto inconcluso, lleno de promesas incumplidas y acciones improvisadas.
Vecinos denuncian falta de avances
Integrantes del colectivo Salvemos al Parque Libertad recordaron que, en reuniones sostenidas con la Secretaría de Participación Ciudadana a mediados de junio, se prometió un plan de acción con fechas precisas para atender problemas urgentes en el parque. Entre ellos destacaban dos puntos esenciales: la reparación del sistema de luminarias y la rehabilitación del sistema de riego en la plaza, elementos básicos para garantizar seguridad y conservación de las áreas verdes.
Asimismo, se anunció la intención de restaurar el inmueble conocido como El Penalito y sustituir el adoquín por un material más seguro y adecuado en la zona de juegos infantiles. Estas acciones fueron mencionadas incluso en discursos oficiales, pero la realidad es que a la fecha no existe avance visible ni claridad sobre cuándo se cumplirán.
Para los vecinos, esta falta de resultados refleja un problema de improvisación y poca seriedad en la gestión. “El Parque Libertad no puede seguir siendo rehén de la improvisación”, expresó el colectivo en un comunicado. Según explicaron, no se trata únicamente de infraestructura, sino de respetar la participación ciudadana y garantizar que este espacio cumpla su función como un parque vivo, seguro y sustentable.
Maquinaria pesada en Parque Libertad sin previo aviso
Las tensiones aumentaron cuando, de forma inesperada, ingresó maquinaria pesada al área de terracería donde entrenan niñas y niños de la comunidad. La acción se realizó sin aviso previo y sin un plan alternativo para reubicar a los equipos comunitarios que utilizan ese espacio.
Vecinos señalaron que en las reuniones previas con el Gobierno ya se había planteado esta intervención, pero con la promesa de entregar un plan de reubicación antes de comenzar los trabajos. Sin embargo, los hechos ocurrieron de manera contraria: “cayeron de sorpresa”, dijo la activista Gala Rojas, integrante del colectivo.
La situación provocó molestia entre los habitantes, quienes reclamaron la falta de comunicación y transparencia. Tras el incidente, funcionarios se comprometieron en un chat oficial a retirar la maquinaria y convocar a una nueva reunión para ahora sí presentar el plan de acción, lo que incrementa la percepción de improvisación en la administración del parque.
Vecinos acusan al Gobierno estatal de incumplir la restauración del Parque Libertad, donde antes estuvo el Penal del Topo Chico. Señalan que no hay avances en luminarias, riego ni juegos infantiles. 🪁🚫
— Enbroncados (@Enbroncados_mty) August 26, 2025
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Promesas oficiales incumplidas
El Gobierno estatal había utilizado el Parque Libertad como un símbolo de cambio, al transformar el espacio que ocupó por décadas el Penal del Topo Chico en un área pública destinada al esparcimiento. Sin embargo, los vecinos sostienen que, lejos de consolidarse como un proyecto modelo, el parque refleja los mismos problemas de falta de planeación que se repiten en otros proyectos estatales.
La promesa de restaurar El Penalito, mencionada públicamente por el propio gobernador, continúa en el aire. Lo mismo ocurre con la sustitución de adoquines en los juegos infantiles, un aspecto clave para garantizar la seguridad de los menores que acuden al parque.
Colectivos vecinales señalan que se privilegia la inauguración mediática de obras, mientras que la planeación a largo plazo y el mantenimiento quedan relegados. Para ellos, el incumplimiento en el Parque Libertad es un reflejo de la brecha entre el discurso gubernamental y la realidad en el terreno.
La exigencia de la comunidad
Ante la falta de avances, los vecinos exigen mayor seriedad y respeto hacia la ciudadanía. Piden que el Gobierno cumpla los compromisos asumidos, trabaje de la mano con la comunidad y, sobre todo, priorice las necesidades reales de quienes utilizan el parque.
“Exigimos que se cumplan los compromisos, que se deje de tomar decisiones sin la participación ciudadana y que se construya un parque sustentable y seguro”, recalcó el colectivo.
La comunidad insiste en que el Parque Libertad no puede seguir siendo rehén de decisiones unilaterales ni de acciones improvisadas. Para ellos, este espacio debe convertirse en un verdadero punto de encuentro comunitario, con proyectos claros, sustentables y transparentes.
Más allá de un parque, lo que está en juego es la confianza de la ciudadanía en las instituciones y su capacidad de responder a las necesidades sociales. El incumplimiento, señalan, no solo afecta a un espacio público, sino que alimenta la desconfianza hacia un gobierno que, una vez más, parece priorizar los anuncios sobre los resultados.
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