La crisis ganadera vuelve a encender alarmas en Nuevo León tras confirmarse un nuevo caso de gusano barrenador en Montemorelos, mientras el gobierno estatal mantiene la vista puesta en otros temas. El hallazgo revela fallas en prevención, poca vigilancia y una respuesta lenta que deja dudas sobre la capacidad para enfrentar riesgos sanitarios que podrían crecer sin control en la región.
Otro Caso Que Genera Preocupación
El caso se detectó en un corral de engorda autorizado. Personal médico veterinario confirmó la presencia del parásito en una hembra bovina proveniente de Veracruz. La atención fue rápida. Sin embargo, el problema no termina ahí. Cada nuevo caso abre interrogantes sobre los filtros sanitarios del estado y la vigilancia sobre la movilización de animales.
Según la información oficial, no se encontraron más animales afectados dentro del lugar. Aun así, la llegada de ganado infectado muestra un vacío de control en el origen. La infestación se dio antes de entrar a la entidad, lo que llevó a suspender temporalmente la movilización desde Veracruz hacia Nuevo León. Esta decisión evidencia un riesgo que no puede ignorarse.
Montemorelos se ha convertido en un punto recurrente de detección. Esto genera inquietud entre productores y especialistas. Aunque se insiste en que el riesgo de establecimiento es mínimo, la repetición de casos indica la necesidad de medidas más firmes. La crisis ganadera podría intensificarse si el parásito logra extenderse a otros municipios.
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— El Sol de México (@elsolde_mexico) December 2, 2025
El Gobierno federal de México activó la emergencia nacional de sanidad animal por el gusano barrenador, estableciendo permisos obligatorios para el traslado de ganado.https://t.co/sGDhAscPHq pic.twitter.com/8WKyx9enOO
Una Amenaza Que Exige Prevención Real
El gusano barrenador es una plaga que puede causar daños graves al ganado. La infestación provoca heridas, infecciones y pérdida de animales. Además, puede extenderse rápidamente si no se controla con precisión. Por eso, cada caso detectado debe tomarse con seriedad y actuar con medidas claras para evitar que la situación escale.
Las autoridades federales aseguran que el caso está bajo control. Sin embargo, persiste una percepción de desorden. La falta de inspección adecuada en el tránsito de animales y la ausencia de protocolos estatales visibles dejan espacio para la duda. La prevención no solo requiere atención inmediata; también exige vigilancia constante y coordinación efectiva.
Otro punto que preocupa es la desconexión entre la información oficial y las inquietudes del sector ganadero. Los productores piden claridad sobre la situación real. Esto se debe a que cualquier brote puede generar pérdidas económicas fuertes. Además, podría afectar la actividad comercial y la estabilidad del sector agrícola en la región.
Crisis Ganadera Revela Falta De Prioridad Estatal
Mientras el caso avanza, el gobierno estatal parece enfocado en temas ajenos a la problemática del sector primario. La promoción del Mundial o distintos eventos mediáticos ocupan gran parte de la agenda pública. Esto crea una sensación de abandono entre quienes esperan acciones contundentes frente a amenazas sanitarias.
La detección de otro caso obliga a cuestionar qué tan preparados están los mecanismos locales. La respuesta depende casi por completo de autoridades federales. El gobierno estatal no ha presentado un plan propio ni medidas adicionales que refuercen la vigilancia regional. Esta falta de iniciativa deja vulnerable a la actividad ganadera.
Además, la aparición repetida de casos aumenta el riesgo de una cadena de contagios si no se atiende con urgencia. Los productores esperan campañas informativas, apoyo técnico y medidas de prevención que hoy no existen. La crisis ganadera requiere coordinación, recursos y atención continua, elementos que aún no se observan de manera tangible.

Crisis Ganadera Avanza Mientras El Gobierno Estatal Minimiza Riesgos
Aunque el gobierno estatal menciona que no existe un peligro significativo, los hechos indican lo contrario. La detección de casos consecutivos refleja debilidades en la supervisión. El parásito puede ser controlado, pero requiere vigilancia estricta. Sin ese esfuerzo, la infestación podría extenderse a ranchos, corrales y zonas rurales del estado.
Por otro lado, la comunicación oficial minimiza la situación. Esto genera incertidumbre entre productores que temen una expansión gradual. Sin información precisa y actualizada, el sector queda expuesto a rumores y preocupación constante. La percepción de abandono aumenta cuando no hay presencia directa de autoridades estatales en las zonas afectadas.

La Crisis Podría Agravarse
La crisis ganadera podría agravarse si no se toman medidas firmes. La prevención depende de revisiones sanitarias, campañas de educación, protocolos de inspección y una respuesta activa del gobierno estatal. Ignorar el problema solo incrementará el riesgo. Nuevo León necesita acciones claras, no discursos que intenten restar importancia a una amenaza real.
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