La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha intervenido en el prolongado conflicto sobre la elección del Fiscal General en Nuevo León, emplazando al Congreso local a reiniciar el proceso o a justificar las decisiones previas tomadas por la anterior legislatura. Este fallo se produce tras una queja interpuesta por el Gobernador Samuel García, quien ha sostenido una pugna de casi dos años con el Congreso sobre este asunto. A través de su resolución, la Corte ha dado un plazo de 15 días hábiles para que el Poder Legislativo cumpla con la orden o presente un informe detallado que justifique las decisiones previas. La entidad lleva más de dos años sin un fiscal titular, lo que ha generado críticas tanto dentro como fuera del ámbito político.
Conflicto de larga duración
El conflicto sobre la elección del Fiscal General de Nuevo León ha sido uno de los temas más controvertidos en la política estatal en los últimos años. Desde octubre de 2021, cuando se rechazó la lista de aspirantes propuesta por el Gobernador Samuel García, la Fiscalía ha operado sin un titular definitivo. En su lugar, Pedro Arce ha fungido como encargado del despacho de la Fiscalía, un puesto provisional que ha estado vigente durante más tiempo del previsto.
La pugna entre el Congreso local, controlado en su mayoría por las bancadas del PAN y PRI, y el Gobernador ha impedido avanzar en este tema clave. La anterior legislatura argumentó que la lista de 11 aspirantes estaba compuesta en su mayoría por personas cercanas a García, lo que generó sospechas sobre la imparcialidad del proceso. Esta situación escaló al punto de que la elección fue declarada desierta y el proceso de selección quedó en suspenso.
El fallo de la Suprema Corte viene a poner presión sobre el Congreso, que ahora debe decidir entre reiniciar el proceso de selección desde cero o justificar por qué se rechazó la lista original. Cualquiera de las dos opciones deberá completarse dentro de los 15 días hábiles estipulados, de lo contrario, el Congreso se arriesga a sanciones y multas, como lo señala la misma resolución de la Corte.
Implicaciones políticas y jurídicas
La intervención de la SCJN en este conflicto tiene serias implicaciones tanto políticas como jurídicas. A nivel político, este fallo evidencia las tensiones que existen entre el Ejecutivo estatal y el Legislativo. La falta de consenso sobre la elección del Fiscal refleja no solo las diferencias ideológicas entre los partidos en el Congreso y el Gobernador, sino también la lucha por el control de una institución clave para la impartición de justicia en el estado.
Por su parte, el Gobernador Samuel García ha utilizado este conflicto como un argumento en su cruzada por una “transformación” en Nuevo León, aludiendo a la resistencia del Congreso como un obstáculo para avanzar en su proyecto político. Su queja ante la SCJN es vista por muchos como un intento de ejercer presión sobre los legisladores para que se alineen con sus propuestas. La postura de García ha generado tanto apoyo como críticas, ya que algunos consideran que busca concentrar más poder en su figura, mientras que otros lo ven como un intento legítimo de destrabar el conflicto.
A nivel jurídico, la orden de la SCJN pone en tela de juicio el manejo del proceso de selección por parte del Congreso. La falta de un Fiscal General oficial ha generado cuestionamientos sobre la capacidad del estado para enfrentar problemas de seguridad y justicia de manera eficiente. La figura del Fiscal General es fundamental para coordinar y supervisar las investigaciones criminales, por lo que la ausencia de un titular definitivo afecta directamente el funcionamiento de la Fiscalía y la percepción de seguridad en la entidad.
Escenario incierto para Nuevo León
Con la presión de la SCJN sobre el Congreso, el escenario en torno a la elección del Fiscal sigue siendo incierto. Si bien el Congreso tiene la opción de justificar sus decisiones anteriores, esto podría reavivar las tensiones entre las diferentes bancadas y el Ejecutivo. Por otro lado, si se decide reiniciar el proceso, habrá que ver si el Gobernador vuelve a presentar una lista de candidatos o si opta por buscar un consenso con los partidos opositores.
Lo que queda claro es que Nuevo León no puede permitirse más retrasos en la designación de un Fiscal General. La inseguridad en la entidad ha ido en aumento en los últimos años, y la falta de un titular en la Fiscalía no solo ha generado críticas, sino que ha sido vista como una señal de debilidad institucional. La ciudadanía exige resultados tangibles, y la incertidumbre política no hace más que exacerbar la desconfianza en las autoridades.
A medida que se acerca el plazo de 15 días hábiles, el Congreso deberá actuar rápidamente para cumplir con la orden de la SCJN. Cualquier retraso o intento de evadir la responsabilidad podría desencadenar sanciones que afectarían aún más la imagen del Legislativo y su capacidad para actuar en beneficio del estado.