En un reciente acto de afirmación desafiante, el gobernador Samuel García aseguró que las finanzas de Nuevo León están en su mejor estado de la historia. Según García, la calificación A+ otorgada por HR Ratings y una inversión récord en obra pública son prueba irrefutable de que el estado goza de una solidez financiera sin precedentes. Sin embargo, estas declaraciones han generado escepticismo y cuestionamientos, especialmente cuando se contrastan con la realidad económica y administrativa que enfrenta el estado.
¿Una Realidad Distante?
Samuel García se jacta de los logros financieros y de las inversiones como si fueran una prueba concluyente de éxito. Sin embargo, la verdad parece ser muy diferente. Mientras el gobernador alardea de un estado económico floreciente, el estado ha operado durante todo el año 2024 sin un presupuesto aprobado. Esta falta de planificación fiscal adecuada ha generado una serie de problemas que están lejos de ser resueltos. La ausencia de un presupuesto no solo afecta la administración cotidiana, sino que también pone en riesgo la capacidad de enfrentar emergencias, como lo evidencian los daños provocados por la Tormenta Alberto, que permanecen sin recursos suficientes para su reparación.
Un Desajuste Alarmante
La afirmación de Samuel García sobre las finanzas “excelentes” de Nuevo León resulta aún más cuestionable cuando se considera el contexto de su administración. El gobernador ha sido señalado en múltiples ocasiones por acumulación de escándalos financieros que, según algunas estimaciones, podrían sumar cerca de mil millones de pesos. Esta cifra sugiere una serie de problemas financieros y de corrupción que no parecen estar reflejados en los informes positivos que García presenta. La discrepancia entre la narrativa oficial y la realidad en el terreno plantea serias dudas sobre la veracidad de las afirmaciones del gobernador y sobre cómo realmente se están gestionando los recursos del estado.