A pesar de la histórica inversión de más de 20 mil millones de pesos en seguridad, Nuevo León sigue sumido en una ola de violencia que no parece tener fin. En el último año, el estado ha liderado los índices nacionales de homicidios y feminicidios, lo que pone en duda la efectividad de las políticas implementadas por el gobierno del gobernador Samuel García. La estrategia de seguridad, que incluye el relanzamiento de Fuerza Civil, la compra de helicópteros y vehículos blindados, no ha logrado frenar el avance de la violencia. Este fenómeno no solo está afectando la seguridad pública, sino que también está generando una creciente desconfianza en la capacidad del gobierno para garantizar la tranquilidad de sus ciudadanos.
Promesas incumplidas: ¿Dónde está la inversión?
El gobierno estatal de Nuevo León ha invertido miles de millones de pesos en medidas de seguridad, pero los resultados no se corresponden con las expectativas creadas. El presupuesto para seguridad se ha destinado a la compra de equipo de alta tecnología, el fortalecimiento de Fuerza Civil y la construcción de nuevos destacamentos, entre otras medidas. Sin embargo, los homicidios siguen en aumento. En 2024, el estado ha registrado más de 4,600 homicidios, con cifras que se acercan a los niveles más altos de violencia vistos en años anteriores.
El gobernador Samuel García ha defendido las políticas implementadas, asegurando que la inversión en seguridad es una de las mayores en la historia de Nuevo León. Sin embargo, los resultados siguen siendo insuficientes. En 2024, el estado ha sido líder en homicidios diarios y se ha mantenido en la cima de los registros de asesinatos a nivel nacional, lo que ha generado preocupación y frustración entre la población. La falta de una disminución en los índices de violencia pone en duda la eficiencia de los recursos destinados a la seguridad, especialmente cuando las expectativas eran altas debido al compromiso del gobierno estatal.
El aumento de los homicidios y feminicidios
A pesar de los esfuerzos del gobierno, la violencia en Nuevo León sigue en aumento. Según los últimos informes, los homicidios dolosos y feminicidios han alcanzado niveles alarmantes. En noviembre de 2024, el estado reportó un total de 1,534 homicidios, posicionándose como líder en homicidios diarios a nivel nacional. Esta tendencia preocupante refleja no solo la persistencia de la violencia, sino también la incapacidad del gobierno para controlar el crimen en la región.
Los feminicidios también se han disparado, lo que subraya la falta de protección para las mujeres en Nuevo León. El aumento de estos crímenes de alto impacto es un reflejo de las fallas en las políticas de seguridad, que no han logrado reducir la violencia de género, uno de los problemas más graves que enfrenta el estado.
Las cifras de violencia son cada vez más altas, y las promesas de mejora en la seguridad parecen cada vez más lejanas. La percepción de inseguridad se mantiene, y los ciudadanos siguen temiendo por su seguridad en las calles, a pesar de la presencia de Fuerza Civil y otros cuerpos de seguridad en la región.
La desconfianza en la estrategia de seguridad
Uno de los mayores desafíos que enfrenta el gobierno de Samuel García es la creciente desconfianza de los ciudadanos en la estrategia de seguridad implementada. A pesar de las millonarias inversiones y la implementación de nuevas medidas, la violencia sigue siendo un problema grave en el estado. Los ciudadanos han comenzado a cuestionar si las autoridades están utilizando los recursos de manera eficiente y si las políticas adoptadas realmente están teniendo el impacto esperado.
El hecho de que, a pesar de contar con más recursos y equipos de seguridad, la violencia siga siendo un problema central en Nuevo León ha generado dudas sobre la efectividad de las decisiones tomadas por el gobierno. La falta de resultados tangibles ha alimentado la desconfianza en las instituciones de seguridad, lo que ha llevado a algunos a pedir cambios en la estrategia y a exigir un enfoque más integral y sostenible para enfrentar la violencia.
Falta de transparencia y rendición de cuentas
Uno de los puntos críticos de la estrategia de seguridad en Nuevo León es la falta de transparencia en la asignación y uso de los recursos. A pesar de la gran cantidad de dinero invertido, no hay una rendición de cuentas clara sobre cómo se están utilizando esos fondos ni sobre los resultados obtenidos. Los ciudadanos exigen que se esclarezca cómo se distribuyen los recursos y que se presenten resultados tangibles que demuestren que los esfuerzos por mejorar la seguridad realmente están teniendo un impacto positivo.
Además, la falta de comunicación efectiva sobre las acciones tomadas y los planes a futuro ha generado un ambiente de incertidumbre. Los expertos en seguridad y los ciudadanos piden una mayor transparencia en las decisiones gubernamentales y una mayor participación en la creación de políticas públicas que involucren a toda la comunidad. La falta de un enfoque colaborativo podría estar impidiendo una solución más eficaz a los problemas de seguridad en el estado.
La necesidad de una nueva estrategia de seguridad
Es evidente que la estrategia actual no está funcionando. A pesar de las inversiones millonarias en equipos y recursos, la violencia sigue en aumento y la percepción de inseguridad entre la población sigue siendo alta. Los expertos sugieren que el gobierno debería cambiar su enfoque y considerar nuevas estrategias que no solo se centren en el uso de la fuerza, sino también en la prevención y la educación.
Una estrategia más integral podría incluir programas de prevención del delito, el fortalecimiento de los sistemas de justicia, y una mayor colaboración entre las autoridades locales y federales. Además, es crucial que se refuercen las políticas de apoyo a las víctimas de violencia y se promuevan medidas efectivas para reducir la violencia de género.