Samuel García - Enbroncados

¿Más Desvíos en NL? Costos de Obras de Samuel García se Disparan4 min read

¡Escándalo en Nuevo León! Los costos de las obras prioritarias del gobernador Samuel García están fuera de control, disparándose hasta un alarmante 92%. Lo que en su momento fueron proyectos presentados con grandes promesas de desarrollo ahora se han convertido en un hoyo financiero que parece no tener fondo. ¿Desvíos de recursos? ¿Mala administración? El silencio del gobernador no hace más que aumentar las sospechas.

Proyectos prioritarios con incrementos millonarios

Uno de los mayores ejemplos de este aparente desastre financiero es la construcción de las nuevas líneas del metro de Monterrey. El proyecto, inicialmente presupuestado en 26 mil millones de pesos, ha subido a unos impactantes 31.9 mil millones, lo que representa un incremento del 23%. ¿Qué justificación tiene este aumento? El gobierno no ha dado una explicación convincente, y los ciudadanos comienzan a preguntarse si no estamos ante un caso más de desvío de recursos.

Y eso no es todo. La segunda Cortina Rompepicos, una obra fundamental para evitar inundaciones en la región, también ha visto un aumento escandaloso en su costo. De los 700 millones de pesos originales, ahora el proyecto cuesta 1,341 millones, un 92% más. Este incremento despierta aún más suspicacias, sobre todo cuando los expertos advierten que, a pesar de la urgencia de la obra, su avance ha sido lento y sin transparencia.

El tercer gran fiasco financiero de la administración de Samuel García es la carretera La Gloria-Colombia, una infraestructura clave para la conexión comercial con la frontera norte del país. Originalmente valuada en 3 mil millones de pesos, ahora ha escalado a 5,115 millones, un aumento del 71%. ¿Por qué tanto dinero adicional? ¿A dónde están yendo estos recursos?

Obras suspendidas y un gobernador que guarda silencio

Lo más inquietante de toda esta situación no son solo los aumentos millonarios en las obras, sino también el hecho de que otros proyectos importantes han sido suspendidos. Mientras los fondos se destinan a las líneas del metro, la carretera y la Cortina Rompepicos, otras infraestructuras vitales para los ciudadanos de Nuevo León han quedado en el olvido. Calles en mal estado, avenidas congestionadas y problemas de movilidad siguen afectando la vida diaria de miles de personas.

Lo que más indigna a la ciudadanía es la falta de una explicación clara por parte del gobierno. ¿Por qué han aumentado tanto los costos? ¿A dónde se está yendo el dinero? Hasta el momento, Samuel García y su equipo han guardado un inquietante silencio, lo que ha llevado a muchos a sospechar de posibles desvíos de recursos. No es la primera vez que una administración se ve envuelta en este tipo de escándalos, pero la magnitud de los aumentos ha puesto a todos en alerta.

En un estado donde la transparencia debería ser la prioridad, este tipo de manejo opaco de los recursos genera desconfianza y malestar. Los ciudadanos exigen respuestas, pero el gobierno se limita a prometer que las obras estarán listas antes del Mundial de 2026, como si eso fuera suficiente para justificar el aumento desmedido en los costos.

¿Mala gestión o desvío de recursos?

El gobernador Samuel García, quien se ha presentado a sí mismo como un defensor de la modernización de Nuevo León, ahora se encuentra en el ojo del huracán. Los críticos señalan que los incrementos en los costos de las obras podrían ser el resultado de una pésima gestión o, peor aún, de desvíos de recursos. ¿Cómo es posible que un proyecto como la segunda Cortina Rompepicos haya duplicado su costo en tan poco tiempo? ¿Qué está haciendo el gobierno con el dinero de los ciudadanos?

Algunos expertos en economía advierten que, aunque factores externos como la inflación y el aumento de los costos de los materiales de construcción podrían justificar parte del aumento, la falta de transparencia y las promesas incumplidas del gobernador hacen que todo parezca más turbio de lo que realmente debería ser.

Lo que está en juego no es solo el futuro de estas obras, sino también la confianza de los ciudadanos en su gobierno. Si el estado no es capaz de gestionar de manera eficiente estos proyectos, ¿cómo puede Samuel García esperar que los neoloneses confíen en su administración para futuros desarrollos? La sombra de la corrupción parece estar siempre presente, y hasta que el gobernador no dé una explicación detallada de estos aumentos, las dudas seguirán creciendo.

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