El juicio político contra el gobernador de Nuevo León continúa su curso luego de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) desestimara una queja presentada por el mandatario estatal para detener el proceso. Este juicio fue iniciado tras el incumplimiento del gobernador en la entrega del Presupuesto 2023 dentro del plazo constitucional, una falta que el Congreso local considera grave y merecedora de sanción.
Con esta resolución de la SCJN, el Congreso estatal tiene vía libre para avanzar en el proceso, pero necesitará el respaldo de al menos 28 diputados para remitir el caso al Tribunal Superior de Justicia, donde se definirá la resolución final.
SCJN respalda la continuidad del juicio
La SCJN rechazó la controversia constitucional promovida por el gobernador, confirmando la legalidad del juicio político iniciado en su contra. El proceso había sido pausado desde junio mientras se esperaba el pronunciamiento de la Corte, que ahora permite al Congreso local retomar las acciones legislativas necesarias.
El incumplimiento del Presupuesto 2023, considerado una falta grave, fue el detonante para este procedimiento. Según legisladores locales, la falta de entrega oportuna de este documento afectó significativamente la planeación y ejecución de proyectos en el estado, generando tensiones entre los diferentes poderes gubernamentales.
“El fallo de la Suprema Corte reafirma nuestro compromiso de actuar conforme a la ley y defender los intereses de Nuevo León. Este proceso es una herramienta clave para garantizar la rendición de cuentas”, señaló un representante del Congreso local.
Congreso busca consenso para avanzar
Para que el juicio político pueda continuar, es indispensable que el Congreso estatal logre el apoyo de 28 diputados. Este número representa la mayoría calificada necesaria para proceder con una posible sanción contra el gobernador. Sin embargo, las negociaciones entre los diferentes bloques legislativos podrían ser complicadas, ya que el tema ha polarizado a la clase política en el estado.
Actualmente, el Congreso también evalúa otros tres juicios políticos en contra del mandatario, relacionados con sentencias pendientes que podrían agravar aún más su situación. Este contexto ha generado un ambiente político tenso, donde cada decisión legislativa podría tener implicaciones significativas para el futuro político del estado y del gobernador.
Los legisladores aseguran que el objetivo principal no es desestabilizar al gobierno, sino garantizar que los funcionarios públicos cumplan con sus responsabilidades constitucionales. “Este proceso no es una cacería de brujas, sino una oportunidad para demostrar que nadie está por encima de la ley”, declaró un diputado opositor.
Implicaciones políticas y legales
La continuidad del juicio político tiene importantes repercusiones para el gobernador y su administración. De ser aprobado por el Congreso y remitido al Tribunal Superior de Justicia, podría resultar en sanciones que afectarían directamente su capacidad para gobernar.
Además, este escenario ha generado diversas reacciones en la opinión pública y en el ámbito político nacional. Mientras algunos sectores consideran que el juicio político es una medida necesaria para preservar la legalidad, otros lo perciben como una estrategia política para debilitar al mandatario estatal.
Expertos legales han señalado que este caso podría sentar un precedente en México sobre la forma en que los estados manejan los juicios políticos contra sus gobernadores. “Es un recordatorio de que las responsabilidades constitucionales deben tomarse con seriedad y que existen mecanismos para exigir cuentas a los funcionarios públicos”, opinó un analista político.
Por su parte, el gobernador no ha emitido una declaración formal tras el fallo de la SCJN, pero sus aliados han expresado su rechazo al proceso, calificándolo como un intento de desestabilización por parte de la oposición.
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Este juicio político representa un momento crucial en la historia política de Nuevo León, marcando un desafío para las instituciones locales y su capacidad para garantizar la rendición de cuentas. A medida que el Congreso avanza en este proceso, el desenlace será clave para el futuro político del estado y del país.