El Festival Internacional Santa Lucía 2024, uno de los eventos culturales más esperados de Nuevo León, ha generado controversia debido a un significativo desajuste entre el presupuesto inicial y los costos finales. A pesar de haber reducido su duración de 30 a 15 días, el festival terminó costando casi tres veces más de lo previsto, lo que ha dejado a muchos cuestionando cómo se gestionaron los recursos públicos. De un presupuesto inicial de 29 millones de pesos, el gasto real se disparó hasta alcanzar los 84 millones de pesos, un incremento de 186%. Esta diferencia sorprende aún más al considerar que el evento se realizó en la mitad del tiempo de lo originalmente planeado.
Un aumento sorprendente en los gastos
El recorte en la duración del festival no impidió que los costos se dispararan. En lugar de ver una reducción proporcional en el gasto, los organizadores enfrentaron un sobregiro de 54.6 millones de pesos, lo que lleva a los organizadores a tener que justificar el gasto adicional. La cifra final de 83.9 millones de pesos en costos ha sido una sorpresa, sobre todo porque uno de los mayores incrementos se produjo en el rubro de equipamiento, donde el gasto aumentó un 26%, alcanzando un total de 18.7 millones de pesos. Este aumento es especialmente significativo dado que el año anterior, con un evento de mayor duración, solo se gastaron 14.8 millones de pesos en el mismo rubro.
El evento, que normalmente se lleva a cabo en septiembre, se celebró este año de manera ajustada, del 19 de octubre al 3 de noviembre. A pesar de la reducción en días, los costos asociados al evento fueron significativamente más altos que lo planeado, lo que generó dudas sobre la gestión del dinero público y sobre cómo se distribuyeron los recursos para hacer frente a los gastos. Este incremento desmesurado del presupuesto ha sido un punto de fricción entre los ciudadanos y las autoridades, quienes deben explicar cómo fue posible que el dinero no se haya administrado de manera más eficiente, especialmente cuando el evento contó con un total de 81 patrocinadores.
La justificación de los organizadores
A pesar de las cifras elevadas, los organizadores del festival han defendido su gestión asegurando que los costos adicionales fueron necesarios para asegurar la calidad del evento y garantizar la participación de artistas internacionales. La presidenta del patronato del Festival, Victoria Kühne, señaló que el aumento en los costos se debió a varios factores, incluido el equipo de producción y la contratación de servicios adicionales que permitieron que el evento mantuviera su nivel de calidad y se adaptara a los nuevos tiempos, a pesar de la reducción de días.
Sin embargo, la respuesta de las autoridades no ha sido suficiente para calmar las críticas sobre el aumento de los gastos. Si bien algunos defienden la importancia de mantener el estándar del festival, otros consideran que el elevado presupuesto, combinado con la reducción de días, indica un problema de planeación y una falta de eficiencia en la organización. Esto ha generado una discusión sobre la verdadera razón detrás de este aumento: ¿fue necesario gastar tanto dinero para reducir la duración del evento? ¿Se justifican esos gastos adicionales cuando la situación económica del estado y los problemas sociales siguen siendo una prioridad?
La participación de los patrocinadores
Una de las principales justificaciones que se ha esgrimido para este aumento de costos es la participación de 81 patrocinadores que, según se afirma, contribuyeron al evento. Sin embargo, la falta de transparencia sobre el monto de estas aportaciones ha generado aún más dudas. Mientras que algunos de los patrocinadores pueden haber contribuido con recursos importantes, no se ha revelado públicamente cuánto de este dinero realmente contribuyó al presupuesto total del evento. Esto deja a la ciudadanía preguntándose si el festival realmente recibió el apoyo suficiente de los patrocinadores o si, en última instancia, fue el gobierno estatal quien asumió la mayor parte del gasto, especialmente dado el aumento significativo de los costos.
La falta de claridad sobre el rol de los patrocinadores en la financiación del festival refuerza las críticas hacia la administración estatal, que, a pesar de la abundante participación de empresas, no logró evitar el elevado gasto. Este tipo de situaciones genera desconfianza en la gestión de los recursos públicos, particularmente cuando se comparan los gastos del festival con las dificultades económicas que atraviesa la población de Nuevo León en otros aspectos esenciales, como el transporte público, la seguridad y la educación.
La situación del festival y la percepción pública
El aumento de los costos del Festival Internacional Santa Lucía, en contraposición con la reducción de su duración, ha afectado la percepción pública del evento y la gestión del gobierno de Samuel García. Si bien el festival es un evento cultural de gran relevancia para la ciudad, los ciudadanos comienzan a cuestionar si los recursos se están utilizando de manera adecuada, especialmente cuando hay tanto malestar por otros problemas que afectan directamente a la población, como la crisis de movilidad y el aumento de la deuda pública.
Los números no solo son sorprendentes por la magnitud del aumento, sino también por la falta de explicación clara sobre el destino final de estos recursos. Muchos ciudadanos se sienten frustrados al ver que, a pesar de la reducción en días, el festival resultó ser mucho más costoso que en ediciones anteriores. Esto ha creado una división de opiniones entre los que consideran que se trató de un mal manejo de los fondos públicos y aquellos que defienden la necesidad de mantener la calidad del evento.
¿Te gustaría saber más sobre cómo el gobierno administra sus recursos? Lee el siguiente artículo.
En conclusión, el Festival Internacional Santa Lucía 2024, a pesar de la reducción de días, resultó ser mucho más costoso de lo que se había previsto inicialmente. El aumento en el presupuesto de 29 millones a 84 millones de pesos ha dejado en evidencia una falta de planificación y de control sobre los recursos públicos. Aunque algunos defienden el aumento de costos como una necesidad para mantener la calidad del evento, muchos ciudadanos consideran que el gobierno debería haber sido más eficiente en la gestión de los fondos y haber mantenido los costos bajo control. La falta de transparencia sobre la contribución de los patrocinadores también ha generado desconfianza, lo que aumenta la preocupación por el uso de los recursos en un estado que enfrenta serios problemas financieros. El evento ha sido un éxito en términos de participación y asistencia, pero el aumento de los gastos ha dejado una sombra sobre su verdadera eficiencia y sobre la capacidad de la administración estatal para gestionar los fondos públicos de manera adecuada.