A 164 días del paso de la tormenta tropical Alberto, el derrame de agua limpia en Monterrey continúa, acumulando cerca de 216 millones de litros desperdiciados. El fenómeno, originado por un acuífero subterráneo que desborda la capacidad del acueducto de Agua y Drenaje (AyD) de Monterrey, ha generado críticas por la pérdida de un recurso vital en una región históricamente afectada por la escasez hídrica.
Una Cascada de Desperdicio de Agua Limpia
El derrame de agua limpia comenzó a finales de junio, tras las intensas lluvias de la tormenta Alberto, que llenaron presas y acuíferos subterráneos en Nuevo León. Desde entonces, el agua fluye de una “caja de agua” ubicada en las calles Acueducto y Monte Everest, desbordándose hacia el Río Santa Catarina. Este flujo alcanza una tasa estimada de 500 litros por segundo, lo que equivale al 20 % de la capacidad total del acueducto, según datos proporcionados por el director de AyD, Juan Ignacio Barragán.
El funcionario ha señalado que el agua no se pierde por completo, ya que termina en la Presa El Cuchillo. Sin embargo, críticos han cuestionado la falta de infraestructura para aprovechar directamente este recurso en una región donde el acceso al agua ha sido un tema recurrente.
Los trabajadores en el área confirman que el derrame ha sido constante, con variaciones diarias en su intensidad. Aunque inicialmente atrajo a curiosos, la “cascada” formada por el flujo ha perdido su atractivo con el tiempo. Vecinos como Olga Estrada comentan que ahora observan el fenómeno con resign
ación, resaltando la oportunidad desperdiciada de canalizar el agua hacia un mejor uso.
Negligencia Después de Dos Años de Crisis de Agua
El continuo derrame de agua limpia ha generado preocupación entre los habitantes de Monterrey y los expertos en recursos hídricos. La región, que enfrenta históricamente problemas de escasez, no puede permitirse la pérdida de 216 millones de litros, especialmente considerando las sequías recientes.
Aunque AyD asegura que el agua llega a la Presa El Cuchillo, la falta de infraestructura adecuada para redirigir el recurso hacia el consumo humano es evidente. Este fenómeno destaca la necesidad urgente de mejorar la capacidad de los sistemas de captación y distribución en Nuevo León.
Además del desperdicio, el derrame ha tenido un impacto en la dinámica social de las áreas cercanas. La “cascada” inicialmente atrajo visitantes, pero ahora el interés ha disminuido. Los residentes ven el flujo constante como un recordatorio de la incapacidad del sistema para gestionar el agua de manera eficiente.
Deuda del Gobierno de Nuevo León: Mejorar la Gestión del Agua Limpia
La situación evidencia un problema estructural en la gestión del agua en Nuevo León. Aunque las lluvias de la tormenta Alberto fueron un alivio temporal para los niveles de las presas y acuíferos, también subrayaron las limitaciones del sistema de acueductos de AyD para manejar grandes volúmenes de agua.
Especialistas sugieren que, más allá de depender de las lluvias, el estado debe priorizar la modernización de su infraestructura hídrica. Esto incluye ampliar la capacidad del acueducto para evitar futuros derrames y aprovechar al máximo cada gota de agua limpia disponible.
El problema no solo afecta a la región en términos de recursos, sino que también tiene implicaciones ambientales. El flujo constante hacia el Río Santa Catarina modifica el ecosistema local y pone en riesgo la sostenibilidad de los recursos naturales en la zona.
La prolongación de este derrame subraya la importancia de establecer estrategias efectivas para la gestión del agua. Mientras las autoridades aseguran que el agua no se pierde, los expertos y ciudadanos insisten en que es momento de tomar medidas para evitar el desperdicio y optimizar el uso de este recurso esencial.
