En la celebración de Halloween, Monterrey fue escenario de un inusual caos vial, provocado por una masiva rodada de motociclistas que se apoderaron de las principales calles y avenidas de la ciudad. Aunque el evento tenía un carácter festivo, su impacto en la circulación vehicular fue significativo, generando descontento entre los automovilistas que se vieron atrapados en el tráfico.
Motociclistas Tomaron las Calles
Cientos de motociclistas se unieron a esta rodada, la cual recorrió áreas como la Avenida Constitución, Félix U. Gómez, el Túnel de Loma Larga y gran parte del Centro de Monterrey. Sin embargo, el evento transcurrió con poca o ninguna intervención por parte de las autoridades, lo que llevó a que muchas de las reglas de tránsito fueran ignoradas. Los motociclistas, en su mayoría, no respetaron los límites de velocidad ni las señales de tráfico, lo que contribuyó a un ambiente de descontrol y caos.
A lo largo de varias horas, las avenidas se llenaron de motocicletas y disfraces, desde monstruos y brujas hasta personajes de videojuegos, lo que otorgó un tono festivo a la actividad. Sin embargo, esta celebración se convirtió en un problema para los automovilistas que, al encontrarse con calles cerradas, tuvieron que buscar rutas alternativas para poder llegar a sus destinos. La congestión vehicular aumentó, y muchos se encontraron varados en medio de una situación que parecía no tener fin.
Desafíos de Seguridad y Orden
El desorden fue tal que, a pesar de la intención de los motociclistas de mantener un cierto nivel de organización, el caos se desató al llegar a puntos clave como la Macroplaza y el Túnel de Loma Larga. Las autoridades, ante el aumento de la actividad y el descontrol, implementaron un dispositivo de seguridad para resguardar algunos de los puntos más conflictivos donde se concentraron los motociclistas.
Durante el evento, se llevaron a cabo varias detenciones, incluyendo vehículos y motocicletas, así como individuos que estaban bajo los efectos de bebidas alcohólicas. Esto subraya la preocupación de las autoridades respecto a la seguridad tanto de los participantes como de otros usuarios de la vía pública.