El 3 de marzo de 2025, Hugo Américo Cavazos Martínez, subdelegado del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Montemorelos, fue ejecutado a balazos mientras circulaba por la Avenida Camino a las Fuentes, en ese municipio ubicado al sureste de Nuevo León. Cavazos, de 46 años, fue alcanzado por un vehículo desconocido, cuyos ocupantes le dispararon en repetidas ocasiones hasta quitarle la vida. Este homicidio se produce en un contexto de creciente violencia en el estado, a pesar de los esfuerzos del gobierno estatal por presentar una situación de seguridad bajo control, señalada en los llamados “semáforos en verde” en temas de seguridad.
El asesinato de Cavazos ha generado consternación no solo por el perfil del funcionario, hijo de Minerva Martínez, ex presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y actual Secretaria de la Mujer en Nuevo León, sino también por la manera en que fue ejecutado en plena vía pública. A pesar de los esfuerzos del gobierno estatal para transmitir una imagen de seguridad, los ciudadanos de Monterrey y las ciudades periféricas siguen viviendo con miedo ante la creciente ola de violencia que azota a la región.
La víctima y su contexto familiar
Hugo Américo Cavazos Martínez, un funcionario público comprometido con su trabajo en el IMSS, era reconocido en la comunidad por su trabajo y su vinculación con la política local. Era hijo de Minerva Martínez, una figura destacada en el ámbito de los derechos humanos en Nuevo León, y primo de Ricardo Cavazos Balderas, quien es el líder del Sindicato Único de los Servidores Públicos del Estado (SUSPE). Su familia ha estado comprometida durante años en temas relacionados con los derechos humanos y el bienestar social, lo que hacía aún más impactante este crimen.
Cavazos desempeñaba un papel crucial en la administración del IMSS en Montemorelos, y su muerte a manos de criminales no solo dejó un vacío en su área de trabajo, sino que también representa una pérdida para la familia política que ha estado al servicio del estado por años. El Instituto Mexicano del Seguro Social emitió un comunicado lamentando profundamente la muerte de su subdelegado y asegurando su compromiso de colaborar con las autoridades en la investigación del caso para dar con los responsables de este trágico asesinato.
El crimen y las circunstancias del ataque
El ataque ocurrió alrededor de las 8:00 p.m. cuando Hugo Cavazos circulaba por la Avenida Camino a las Fuentes, una de las principales vías del municipio de Montemorelos. Los agresores se aproximaron en otro vehículo y dispararon contra su camioneta en varias ocasiones, dejando al funcionario gravemente herido. A pesar de los esfuerzos de los paramédicos por estabilizarlo, Cavazos perdió la vida en el lugar de los hechos.
La camioneta del subdelegado quedó estrellada contra un poste de concreto tras el ataque, lo que fue confirmado por las autoridades que arribaron al lugar poco después del asesinato. En la escena del crimen, peritos de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León recolectaron casquillos de arma corta, lo que indica que se trató de un ataque armado perpetrado con armas de fuego de pequeño calibre. Las investigaciones continúan para esclarecer los motivos detrás del asesinato y encontrar a los responsables.
La muerte de Hugo Américo Cavazos Martínez se suma a una serie de incidentes violentos que han sacudido la región en los últimos meses, lo que refuerza las preocupaciones sobre la seguridad en el estado de Nuevo León. Mientras el gobierno de Samuel García ha presumido que los “semáforos de seguridad” se encuentran en verde, los hechos indican que la violencia sigue siendo una amenaza constante en las calles de Montemorelos y otras zonas del estado.
Este asesinato ocurre en un contexto en el que se ha confirmado la presencia de grupos criminales en diversos municipios periféricos de Nuevo León, lo que genera una sensación generalizada de inseguridad entre los habitantes. Las autoridades locales no han logrado frenar el aumento de la violencia en la región, lo que cuestiona la efectividad de las políticas de seguridad implementadas en los últimos años.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por dar la impresión de que la situación está bajo control, el caso de Cavazos pone de manifiesto las deficiencias en el sistema de seguridad en el estado. La muerte de un funcionario de alto perfil como el subdelegado del IMSS demuestra que ni siquiera los líderes del gobierno están a salvo de los ataques de la delincuencia organizada, lo que hace aún más urgente que se tomen medidas más eficaces para garantizar la seguridad de la población.
El contexto de la violencia en Montemorelos y Nuevo León
La violencia en Nuevo León ha aumentado en los últimos años, especialmente en áreas periféricas como Montemorelos, lo que refleja una tendencia preocupante en el estado. Mientras que la capital del estado, Monterrey, ha recibido atención debido a sus altos índices de criminalidad, otras ciudades más pequeñas también se han visto atrapadas en esta ola de violencia, como lo demuestra este asesinato. La presencia de grupos criminales que operan en zonas rurales y suburbanas ha generado una gran preocupación entre los habitantes de Nuevo León, que cada vez sienten menos confianza en las autoridades encargadas de su seguridad.
El crimen organizado ha logrado establecerse en la región, con actividades relacionadas con el tráfico de drogas, el cobro de cuotas y otras formas de extorsión. La falta de recursos, la corrupción dentro de las fuerzas policiales y la escasa colaboración entre las diferentes corporaciones de seguridad han permitido que estos grupos operen con impunidad, aumentando la sensación de vulnerabilidad de la población.
La seguridad en los municipios periféricos se ha convertido en un desafío constante, y el asesinato de Hugo Américo Cavazos Martínez es solo uno de los trágicos ejemplos de lo que está sucediendo en la región. La falta de medidas efectivas para combatir a estos grupos ha creado un círculo vicioso de violencia que parece difícil de romper.
La respuesta de las autoridades ante este crimen será crucial para determinar si el gobierno estatal realmente tiene la capacidad de enfrentar la creciente violencia en Nuevo León. El caso de Cavazos también plantea una cuestión importante: ¿realmente se está haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad de los ciudadanos y funcionarios en el estado? La respuesta a esta pregunta podría determinar el futuro de las políticas de seguridad en la región y la confianza que la población tiene en sus autoridades.